Hace
unos días, en conversación de sobremesa, le preguntaba a un pariente (ingeniero
jubilado) sobre la composición de los fulminantes.
Y
él me contaba que habitualmente se empleaban unas sustancias llamadas “fulminatos”
(fulminato de mercurio ONC-Hg-CON) que eran muy
inestables y, a la más mínima contrariedad, se descomponían (estallaban)
provocando, pese a su escaso poder calorífico, la deflagración del explosivo
principal.
Bueno,
pues algo así pudiera a ser lo que representa la sublevación de los vecinos del
barrio de Gamonal en Burgos que se han levantado en armas contra un alcalde
(bastante cenutrio, a lo que se ve) empeñado en facilitarle un negocio (construcción
de un aparcamiento) a un constructor amigo (suyo y de J. Mª Aznar) que ya
estuvo en la cárcel por golfo y corrupto, pero que, por lo visto, sigue teniendo
“vara de mando” en la ciudad de Burgos.
Y
hago referencia a lo del fulminante porque me da la sensación de que la
ignorancia del Sr. alcalde en el manejo de la situación “va a traer cola”.
El
pulso que pensaba ganar a base de mano dura y represión policial le ha
estallado entre las manos y finalmente esta tarde, tras una semana de
manifestaciones y batallas campales (con descalabrados y detenidos de por medio)
ha tenido que agitar la bandera blanca y pedir una tregua de 20 días para “recapacitar”.
El problema es que los
vecinos le han hecho un sonoro corte de mangas y, si hasta ayer eran 3.000 los
vecinos que se manifestaban e impedían el inicio de la obras, esta tarde, por
lo visto, eran 8.000 los que exigían la paralización definitiva y la liberación
de los detenidos.
Ese
es el problema del Sr. Alcalde de Burgos. Pero no es el más grave.
El
verdadero problema lo tiene en estos momentos el gobierno de España que, a base
de “tocarnos las narices a los ciudadanos”, nos tiene, digamos que “un poquito
encabronados” con minucias tales como recortes de sueldos, privatización de la
sanidad, despidos de profesores, bajada de pensiones, subida de la luz y el
gas, acoso a jueces honestos, leyes regresivas, . . . y otras delicadezas con
las que, a nuestro pesar, nos desayunamos a diario.
Espero
no equivocarme, pero creo (y deseo) que esta “fruslería” del aparcamiento en
Burgos puede haber sido el detonante de inicie la quema del castillo de fuegos
artificiales del descontento popular que tantas y tantas razones ha venido
acumulando en estos dos últimos años y hasta el presente, mal que bien, a base
de mentiras y amenazas, habían logrado mantener apagado.
Ahora
mucha gente, tras los garrotazos y las declaraciones de esta misma mañana de
que la obra se iba a hacer a cualquier precio (y ya iba siendo caro), habrá
descubierto que, si nos plantamos, podemos pararles los pies a los 130
antidisturbios y también al lucero del alba, siempre y cuando tengamos claro lo
que queremos.
Veremos
qué pasa en los próximos días, pero el gobierno tiene ahora ya una mano atada a
la espalda; Que es su necesidad de no armar demasiada bulla, ni crearse nuevas
enemistades, en plena campaña de “las europeas”.
Yo,
por si acaso tengo razón, el domingo acudiré a hacer bulto (como de costumbre)
a la próxima Marea Blanca. 12:00, Plaza de Neptuno-Puerta del Sol)
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario