Piensa
uno que, más o menos, está al tanto de lo que pasa.
E
incluso supone que puede prever (también más o menos) lo que pasará.
Y, sin pretenderlo, topa con un artículo como este de Nazanín Armanián que le llena de santo temor y le obligará, de aquí al “primer martes después del primer lunes del mes de noviembre” a estar pendiente de todo lo que se cuece en esa caldera de intereses, desgracias, mentiras, traiciones, abusos e injusticias que llamamos Oriente Medio.
Un “no lugar” en el que los europeos pagamos la reconstrucción de los países, de los colegios, las infraestructuras, los servicios, e incluso los alimentos, con cargo a nuestros impuestos; los (gobiernos) israelíes los arrasan empleando el dinero y el armamento suministrados por EEUU; y las empresas (privadas) “occidentales” se lucran reconstruyendo, una y otra vez, carreteras y aeropuertos, hasta el siguiente bombardeo o destrucción de un país.
Bien, Pues ahí queda esa pregunta:
Uno es tan lerdo que hasta hoy no se había percatado de que, en general, las cosas no suceden “porque sí”
“Por si éramos pocos, parió la abuela”
Así
no da uno abasto
Saludos.
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