2/8/12

Todos tenemos (algo de) culpa


Resulta oportuno, en vísperas de la diáspora social y moral que supone el mes de agosto, que alguien llame nuestra atención sobre la “elegancia” y desparpajo con la que todo bicho viviente, desde el “santo padre” hasta el tendero de la esquina, se sacuden el polvo y dejan claro que “ellos no tienen la culpa”.
Algo así como aquello de “entre todos la mataron y ella sola se murió”.
Resulta oportuno porque, quizá, aprovechando estos días de cierto relajo, mientras estamos de vacaciones nosotros (o de vacaciones de los que están de vacaciones), podríamos dedicarle algún pensamiento al asunto.
Más que nada para que al volver a la realidad no nos pille excesivamente desubicados.
Y, de paso, quizá, aplicarnos personalmente el cuento, no vaya a ser que estemos convencidos de que nosotros (a título individual) tampoco tenemos la culpa.
Mis cortas entendederas alcanzan a discernir que para llegar a un sindiós de este calibre ha sido precisa la colaboración (por acción o por omisión) de todos.
Incluido yo mismo que soy el que menos culpa tiene.
Meditemos, hermanos.

Saludos y buenas noches.

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