7/8/12

Me apunto

Buenos días:
Desde hace tiempo vengo insistiendo en la idea (que no es exclusivamente mía en absoluto) de que hay que ir abriendo las puertas a la petición de responsabilidades penales por decisiones que, disfrazadas de decisiones “políticas”, son lisa y llanamente un atentado, consciente, deliberado e innecesario, contra los derechos básicos de los ciudadanos cuando no una transferencia manifiesta de dinero y medios de producción, o gestión, públicos a bolsillos, administradores o intereses privados.
Viene esto a cuento de la iniciativa que ha tomado el ex_diputado Antonio Romero (que en su día realizó una de las intervenciones más poéticas y solidarias que se han podido oír en el hemiciclo), de advertir a nuestro Presidente de gobierno que piensa presentar “una denuncia a través del Fiscal General del Estado al Tribunal Penal Internacional, para que se considere crimen contra la Humanidad por las miles de víctimas que produce esta política contra la crisis”.
Según afirma “La denuncia será dirigida a usted, a sus ministros económicos y a las autoridades de la UE".
A alguno quizá le pueda causar hilaridad; pero a un servidor, tras haberlo meditado largo tiempo, le parece una propuesta no solo razonable, sino, además, necesaria.

Y por tanto, la suscribo y la difundo entre todas las personas de mi entorno.
Adjunto los dos enlaces que amplían esta información.
El primero es el de la noticia de la huelga de hambre simbólica que ha iniciado el Sr. Romero
Y el segundo es la carta abierta que se menciona
En cuanto a la carta, que supongo que será auténtica (espero no estar haciendo lo mismo que critico a otros) tengo que decir que, aparte de muy larga y de tono admonitorio, es un tanto caótica en su argumentación, aunque las propuestas que hace al final son muy atinadas (y viables, si hubiera voluntad)
En todo caso el conjunto va (en mi opinión) en la buena dirección y lo suscribo tal cual.
Ojalá la iniciativa llegue a buen puerto y lleguemos a ver a los traficantes de derechos, ilusiones y hambre sentados ante la Justicia.
O, al menos, que vayan cogiendo un “santo temor”, tal y como les ocurrió a algunos dictadores y genocidas varios tras la decisión del Juez Baltasar Garzón de procesar a Augusto Pinochet.
Todos ellos están muy bien “prisioneros” en sus propios países sin atreverse a pisar Europa ni para comprar ropa.
Saludos.

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