Una opinión solvente (Y un nombre a tener en cuenta)

He seguido desde hace un par de años, con verdadero interés, el “discurso” de Alberto Garzón Espinosa, un “chaval” (con perdón) que podría perfectamente, por edad, ser mi hijo.

De hecho tengo alguno que otro mayores que él.

Por su constante colaboración con el “profesor” Vicenç Navarro y el “economista” Juan López Torres, catedráticos ambos (y economistas los tres), siempre pensé en una persona de “edad incierta” que es esa previa a tener “una cierta edad”, como es el caso de Vicenç Navarro (74 años). Pero, para mi sorpresa, descubro que este “señor”, también profesor universitario, tiene tan sólo 26 años.

De la lectura de sus textos en la página de ATTAC y de su coautoría en el libro “Hay alternativas" (Propuestas para crear empleo y bienestar social en España), me había formado la imagen de una persona más “mayor”, dado lo sensato, aquilatado y documentado tanto de sus textos, como del contenido y propuestas del mencionado libro.

Libro que recomiendo como bagaje de conocimientos básicos casi indispensables antes de entrar en las habituales discusiones “de café” sobre la “inevitabilidad de la crisis”, la “insostenibilidad del sistema” y la “inexistencia de alternativas”.

Bueno, pues este “chico”, “señor”, “señoría”, resulta ser el “diputado del 15-M”; no porque él se lo haya autoproclamado, sino porque sus compañeros de fatigas así se lo reconocen y los votantes malagueños le han asignado uno de los 10 “escaños” de su circunscripción.

Viene todo esto a cuento de un artículo publicado hoy mismo en la página de ATTAC y titulado "Lo que necesita Europa, demandas clave de la izquierda" que, al igual que el libro antes mencionado, se me antoja “de obligada lectura”, o al menos muy recomendable, para poder abordar con un mínimo de rigor cualquier debate sobre la tan traída y llevada “crisis” y sus posibles salidas.

Salidas que, en mi opinión, efectivamente, habrán de ser “por la izquierda” si no queremos seguir cavando nuestra propia “tumba” como ciudadanos libres y con un nivel de vida razonablemente digno.

Como he dicho en alguna otra ocasión, se me alegra el espíritu viendo como esa, por algunos denominada, “generación perdida” produce gente tan solvente.

Le deseo suerte y que sepa administrar, con tino y sin perder la "compostura", su triple “militancia” en el 15-M, en Izquierda Unida y en el Congreso de los Diputados.  

Saludos.