Quizá
alguien se extrañe de este título tan ecléctico que mezcla el recuerdo de un
episodio tan trágico (para los chilenos en especial y para la democracia en
general) como fue el sangriento golpe de estado perpetrado por los militares
chilenos (con la ayuda de los EEUU) el 11 de septiembre de 1973 con la no menos
grave, aunque más inadvertida, campaña de “distracción” a la que, sistemáticamente,
viene siendo sometida la sociedad actual.
Pero, por
un lado y aunque sea a hora tardía (escribo esto a las 22:40 hora española), no
quiero dejar pasar el día sin recordar aquella ignominia nunca resarcida, ni al
pueblo chileno, ni mucho menos a las víctimas directas.
Y
tampoco olvido, aunque se trate de un asunto distinto, a quienes murieron 28
años después en la destrucción de las torres gemelas de Nueva York.
La
diferencia estriba en que en el primer caso se trató de “Terrorismo de Estado”
programado y ejecutado por quienes se arrogan la función de representantes del
pueblo y defensores de los derechos y las libertades de los ciudadanos, y el
segundo fue obra de unos fanáticos descerebrados que, por otra parte, habían
sido armados y entrenados por el país contra el que atentaron.
Pienso
que la diferencia está clara.
Y por otro, me sorprendo al comprobar cómo, entretenidos en estupideces y bagatelas
tales como el zurriburri del referéndum catalán, o el “periodismo de desastres”
de los huracanes del Caribe, nos escamotean cosillas tales como:
40.000.000.000
€ perdidos “a escote”
(tocamos a 888,89 Euros por cabeza incluidos niños, ancianos y monjas de
clausura) que malbarató nuestro actual gobierno mientras, ahuecando la voz, nos
aseguró que aquel dinero prestado a los bancos irresponsables para tapar su
quiebra no nos iba a costar “nada”.
La “oportuna”
muerte de D. Tomás Villanueva el mismo día en que el juzgado le
remite el listado de 83 cuentas corrientes que le va a investigar en el asunto
de la “Trama eólica” Fallecimiento que evitará sin duda que pueda salpicar a
algunos personajes (de momento) intocables.
El inicio de
un nuevo juicio a D. Jaume Matas ciudadano y político “ejemplar y
libre de toda sospecha” para el Partido Popular, hasta que empezó a ser “ese
señor del que usted me habla”. (amén de otra docena de asuntos sucios del
partido del gobierno)
El fiasco de
la espectacular creación de empleo “mejores que los que había” que, a
la postre, no resisten ni el estornudo del fin del mes de agosto y resultan ser
menguantes, en cantidad, en calidad y en salarios.
Y
no sigo porque la lista sería demasiado larga.
El
asunto es que la mayoría del personal andamos mirando al dedo de referéndum y
los huracanes mientras continúan saqueando nuestro país, jodiendo nuestras
vidas y robándoles el futuro a nuestros hijos.
Pienso
que debiéramos pararnos “a pensar” (es gratis y no contamina)
Saludos.
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