Un
servidor, no contento de haber estado a punto de traer de nuevo el Fascismo a
Europa por su empecine en “no votar al Sr. Macron”, aún sigue convencido de que
su planteamiento no era del todo irracional.
Y
está escocido por haber quedado con cara de bobo en tanto que casi todos sus
amigos y allegados se felicitan por el resultado de las elecciones
presidenciales francesas.
Afortunadamente,
aún queda algún que otro “irresponsable” (o fascista encubierto) que, con
bastante más auditorio y mejores argumentos que un servidor, coincide casi milimétricamente
con mi desazón.
A
título preventivo aclaro que, aunque su opinión me parece muy valiosa, sus textos,
como es habitual en él, no caben en un SMS y obligan a pensar.
Incluso
a algunos puede que le produzcan un cierto ardor de estómago, o difuso malestar.
También
me gustaría hacer notar que casi todo el mundo (incluido un servidor que hasta
ayer andaba diciendo que en Francia no hay Senado) tiene (tenemos) un
desconocimiento casi absoluto de cómo funciona el sistema electoral francés.
Para
quien tenga curiosidad en averiguarlo dejo este otro enlace a la tan traída y
llevada Wikipedia que quizá no sea el súmmum del rigor, pero se le aproxima
bastante y para nuestros sólidos y vastos niveles de desconocimiento, resulta
más que suficiente.
Y
hago votos a los dioses para que el próximo 11 de junio los franceses no
vuelvan a “reincidir”, o caer en lo que (a
mí) me ha parecido una trampa mediática para biempensantes incautos y perezosos
mentales.
Saludos.
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