25/11/16

Marcos Ana (un nombre desconocido)




Supongo que a más de uno, o más bien a casi todos los que no prestan excesiva atención a la vida política más allá de la información de televisiones y periódicos, le ocurrirá lo que a mí, que no supe quién era Marcos Ana hasta que unos amigos que lo conocían me contaron su historia y me regalaron un libro suyo en el que, entremezclando prosa y poesía, venía a contar su vida y sus convicciones.
En esas fechas tuve ocasión de estrechar su mano e intercambiar media docena de frases con él porque coincidíamos a veces e la hora de comer en la misma casa de comidas de la calle Narváez en la que él, invariablemente, por lo visto, comía a diario y solía saludar a mis amigos.
Cuento esto para dar fe del escaso, por no decir nulo, conocimiento popular que tuvo este buen hombre que terminé apreciando como un héroe anónimo y constante (supongo que hasta ayer mismo cuando murió a los 96 años) cuyo mayor mérito no fue el doblegar a nadie sino el no dejarse doblegar por unas circunstancias personales que le robaron 23 años de su existencia.
Para quien quiera, aunque sea a toro pasado, saber algo más de su persona, dejo este enlace a una reseña  de Natalia Junquera en El País que resume bastante bien lo esencial de su vida.
Tengo curiosidad por saber cómo nos contará Pedro Almodóvar el episodio del primer “revolcón” de su existencia al salir de la cárcel con 41 años cuando ruede la película del libro cuyos derechos compró.
Dejo también unos versos que, aunque soy poco aficionado a la poesía, me supieron bien y me animaron a leer otros suyos.   


Decidme cómo es un árbol.

Decidme el canto de un río

cuando se cubre de pájaros.



Habladme del mar. Habladme

del olor ancho del campo.

De las estrellas. Del aire.



Recitadme un horizonte

sin cerradura y sin llaves

como la choza de un pobre.



Decidme cómo es el beso

de una mujer. Dadme el nombre

del amor: no lo recuerdo.



(¿Aún las noches se perfuman

de enamorados con tiemblos

de pasión bajo la luna?

¿O sólo queda esta fosa,

la luz de una cerradura

y la canción de mis losas?)



22 años. Ya olvido

la dimensión de las cosas,

su color, su aroma…



Escribo a tientas: "El mar", "El campo…

Digo "Bosque" y he perdido

la geometría del árbol.



Hablo por hablar de asuntos

que los años me borraron.

… … … … … … …

(No puedo seguir: escucho

los pasos del funcionario).

Saludos.   





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