Bajo
la cruda ironía de Javier Gallego subyace un detallado y muy atinado análisis
del despropósito que estamos viviendo.
Y,
también, de la desfachatez de nuestros gobernantes y la mansedumbre de quienes,
contemplando este indecente espectáculo, no estamos echando humo por las
orejas.
Veremos
qué augurios nos traen los oráculos el próximo domingo por la noche cuando
examinen las vísceras de las urnas andaluzas.
Porque
debieran servir de “indicador temprano” de los resultados de 60 días después.
Aunque
se trata de un texto cínico y despiadado resulta reconfortante saber que
alguien es capaz de una descripción así.
(He
aprovechado para incluir una viñeta de Manel Fondevilla, que “viene al caso”)
Saludos.
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