Y no estoy loco. (Ni tampoco me he afiliado al Partido Popular).
Pero lo cierto es que me alegro, y mucho, de
que, alguien (aunque sea el impresentable gobierno de D. Mariano Rajoy y su no
menos impresentable ministra de trabajo), empiece a ir taponando alguno de los innumerables
agujeros por los que se le hurtan a la Social una buena parte de sus ingresos.
Uno
de ellos (aunque posiblemente no será el más importante) es el de los importes
que en las nóminas de los trabajadores figuran bajo el concepto de “Percepciones
no salariales”
Ese
sistema, vigente hasta ayer mismo, propiciaba dos comportamientos a mi juicio
gravemente perversos, tanto para los ciudadanos en general, como para cada
trabajador en particular.
Me
explico:
En
primer lugar: Era gravemente perjudicial para (todos) los ciudadanos en la
medida en que privaba a la Seguridad Social, que es el organismo más potente del
Estado (y la espina dorsal de la convivencia), de una parte, supongo que significativa,
de sus ingresos.
Y,
en segundo lugar (y no menos importante): Era un mecanismo que, a corto plazo permitía
ocultar la escasez del salario (se complementaba con esos añadidos) y,
finalmente cuando el trabajador fuera despedido (cosa relativamente probable en
los tiempos que corren) o se jubilara (cosa inevitable, si sale vivo de este
bombardeo social), se traducía en una merma muy sustancial de sus derechos
(Indemnización, Desempleo y Jubilación), dado que éstos se calculan sin tener
en cuenta dichos importes.
Por
este motivo es por lo que invito al personal a abrir los ojos y dejar de
hacerle publicidad gratuita a las consignas de los señores de la CEOE, que saben muy bien lo
que les conviene (a ellos).
Evidentemente
esta medida, aunque acertada y saludable, no es la única, ni la más eficaz y,
desde mi relativo desconocimiento del asunto, voy a mencionar un par de ellas
más que cualquier gobierno, que de verdad se interese por la creación de empleo
y el equilibrio de las cuentas, debiera adoptar al día siguiente de la “toma de
posesión”:
1ª Penalizar los contratos temporales (y los
contratos “por obra”) mediante el aumento del tipo de cotización frente a los
contratos indefinidos.
2ª Prohibir taxativamente (y castigar como falta
grave) el hábito adquirido por parte de las empresas de trabajo temporal de dar
de baja en la seguridad social a un trabajador los viernes (o las vísperas de
puentes) para volver a darles de alta el lunes siguiente.
Eso
es lisa y llanamente un fraude, al Estado y al trabajador; Que cuando revisa su
vida laboral puede encontrarse con que sus 35 años de trabajo se han convertido
en 25 de cotización.
Por
supuesto habría mucha más tela que cortar, pero no era esa la intención de este
texto.
Y aprovechando que “el
Pisuerga pasa por Valladolid”, añado que -aunque me toca las narices (porque
tendré que pagar más)- también estoy de acuerdo con que los autónomos coticemos
para el seguro de desempleo.
El único detalle es
que sería bueno que, cuando el trabajador lo solicite, dicho seguro se le abone “de verdad”.
Porque las noticias
que tengo de la situación actual es que es mucho más fácil encontrar un
banquero que entró en la cárcel y devolvió el dinero (aunque se acredite que
delinquió, malversó o robó) que un “autónomo que, teniendo derecho y
justificación para ello, haya podido cobrar el seguro de desempleo (habiendo
cotizado previamente por dicho concepto).
Saludos.
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