La
noticia de hoy sería reconfortante si no fuera porque está escrita con sangre.
La
sangre del ciudadano senegalés Alpha Pam (28 años) que murió el pasado día 21
de abril tras ser reiteradamente desatendido por el Estado español, la
Generalitat balear, el hospital de Inca, su gerente y los médicos y personal sanitario
quienes, pese a conocer la gravedad de su estado, no le atendieron, simplemente
porque no tenía tarjeta sanitaria, ni tampoco podía pagarse una simple radiografía.
Unos
por acción: Quienes aprobaron las leyes y nos andan vendiendo la ineludible
necesidad del ahorro en Sanidad
Otros
por omisión flagrante: Quienes no tuvieron la valentía de saltarse las normas y
faltaron a su deontología profesional.
Y
otros, entre los que me incluyo: Por nuestra pasividad. Por contemplar esta injusticia
sin sublevarnos, como si Alpha Pam no
fuera uno de nosotros.
La
cara positiva de esta maldita moneda es que al menos (en un ataque no sé muy bien
si de dignidad, o de pánico) el consejero de salud del gobierno balear ha destituido
al gerente del hospital.
Me
pregunto si el asesino, en este caso, es el verdugo (gerente o personal sanitario)
o lo son las leyes y quienes las proponen y las votan.
Lamentablemente,
si no revertimos todos este proceso, esta muerte tan sólo será la primera
(conocida).
Tristes
Saludos.
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