8/5/13

Deleita a la vez que instruye


El título se lo dedico a mi amigo Alejandro de quien tantas cosas he aprendido y que tantas sonrisas me ha regalado.
Además es que viene como anillo al dedo al propósito de este  “chivatazo”.
Y lo llamo chivatazo porque doy por sentado que a muchos, de los pocos (más bien escasos) que esto lean, les habrá pasado inadvertida columna de hoy de Aníbal Malvar.
Efectivamente el texto, además de divertido y relajante (del cabreo moral) es bastante didáctico en lo tocante al aprendizaje de la “lectura entre líneas”; arte sin el cual, en los tiempos que corren, los ciudadanos (como podemos comprobar a diario) corren el riesgo de “tomar el rábano por las hojas” y sacar conclusiones equivocadas del diario acontecer.
Este es un ejemplo clarito y para principiantes, pero recomendable incluso a los que ya están de vuelta (o los que creemos estarlo).
También para quien esta propuesta le haya gustado (o sabido a poco) y dentro del mismo cursillo de “lectura entre líneas” (y “las apariencias engañan”) sugiero otra información de un nivel algo más complejo que hace referencia a la desgraciada “victoria judicial” de la infanta Cristina de Borbón a la que los jueces de la Audiencia Nacional (¿con su mejor intención?) han puesto en el punto de mira de una serie de graves delitos mientras aparentaban librarla de una imputación (quizá) no tan grave.
Advierto que para enterarse bien conviene leerse (aunque no sea íntegro) el texto de la sentencia y, sobre todo las páginas 43 a 47, (con especial detenimiento en la 45) en las que queda sobradamente acreditado el dicho de que “con amigos como éstos no necesita uno enemigos”
¡Que aproveche!.

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