Ang Lee nos tiene acostumbrados a los cambios radicales. Sus películas van de historias de amor entre cowboys gays a la transformación de Hulk, de "Tigre y dragón" a "Sentido y sensibilidad", así que no es de extrañar que ahora nos haya salido con algo totalmente distinto a lo anterior.
Destino Woodstock nos transporta al mayor concierto de rock de la historia basándose en las memorias de Elliot Tiber (uno de los organizadores). Una vuelta por el espíritu del 69, tres días de paz y música en White Lake.
Está en nuestros cines desde hace unas semanas y seguro que no os dejará indiferentes.
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