A
estas alturas, algunas cosas van aclarándose y otras van enmarañándose.
Por
un lado, ahora ya sabemos que, además de las 13 convocatorias de elecciones
autonómicas previstas (Más Ceuta y Melilla) para este año 2015, también tendremos
elecciones autonómicas en Andalucía (22 de marzo) y Cataluña (27 de Septiembre)
con lo que, salvo Galicia y País Vasco, todas las Comunidades autónomas
convocan elecciones en 2015.
Por
otra parte resulta imposible aventurar los nombres de los candidatos de los
principales partidos. En unos casos porque aún ni han sido designados. Y en
otros porque, aunque fueron designados, no está claro que terminen
presentándose, o -como el caso más reciente
de D. Tomás Gómez- han sido sencillamente defenestrados por sus propios
partidos.
Y
sin embargo lo cierto es que nos encontramos a 14 semanas del día de las
votaciones en todos los ayuntamientos y 13 comunidades autónomas y a tan solo
39 días (5 semanas) de las autonómicas andaluzas.
Por
primera vez en mucho tiempo existe la posibilidad real de que el sentido del
voto ciudadano pueda resultar determinante no solo para cambiar a los
gobernantes, sino -sobre todo- para cambiar una forma de “hacer política”
que
se ha convertido en un negocio personal de algunos partidos y muchos de sus
dirigentes, utilizando el clientelismo y la corrupción como sus herramientas
básicas y cargando la factura de la mala administración, los favores a
empresarios y la recolocación de familiares, amigos y “leales”, sobre las costillas de los
ciudadanos y a costa de sus derechos.
Por
ese motivo, y porque tengo el convencimiento de que la gran mayoría de nosotros
somos unos perfectos ignorantes del funcionamiento del sistema electoral, es
por lo que he dedicado algún tiempo a intentar explicar las cuestiones que me
parecen más elementales.
Y
por ese motivo también, me he permitido hacer un ejercicio de “ciencia-(a)ficción”
demoscópica y, con permiso de D. Pedro Arriola y todos los sabios sociólogos de
este país, ofrecer mi propia “previsión” de resultados.
Antes
de seguir quiero aclarar los siguientes puntos, por si alguien no es capaz de
verlos por sí mismo:
1º Dados mis escasos (por no decir nulos)
conocimientos de la ciencia estadística y mi carencia de medios y herramientas
adecuadas, las previsiones que ofrezco son algo así como un ejercicio de “andar
por casa” (en zapatillas y bata)
2º Aunque los datos relativos a número de
escaños son los oficiales de cada comunidad, el nombre y número de partidos que
concurrirán resulta imposible de determinar y por ello me he limitado a
consignar los de los que lo hicieron en las pasadas elecciones.
4º Los porcentajes de voto asignados a cada
uno de los grandes partidos son los que ha publicado el CIS (Centro de Informaciones Sociológicas) en
su Barómetro de Enero de 2015 (y manteniendo para el resto de los
pequeños partidos los porcentajes que obtuvieron en 2011)
5º El ejercicio ha consistido en aventurar
matemáticamente los resultados de todos los partidos presentándose “por
separado” y compararlos con los que se obtendrían en el caso de que la “Izquierda” (Los Verdes,
EQUO, NBG, Podemos e IU) presentara “candidaturas unitarias” a las elecciones
autonómicas.
6º Los resultados de dicho ejercicio son, evidentemente,
improbables e inexactos, dado que, por falta de tiempo y medios, no se ha
tenido en cuenta la división en circunscripciones que rige en todas las
comunidades salvo 4 (Cantabria, La Rioja, Madrid y Navarra), ni tampoco y este
es un factor mucho más relevante, los distintos niveles de implantación y
aceptación de los partidos en cada comunidad autónoma (Andalucía, sin ir más
lejos; donde lo más probable es que el PSOE quede en primer lugar y una candidatura
unitaria se tuviera que conformar con el 3º).
7º Tampoco se han valorado situaciones
“atípicas” que distorsionan la imagen electoral como los casos de Asturias y
Navarra en los que existen partidos que, aunque se presentan por separado (e
incluso, se llevan mal), en realidad son “marcas blancas” del Partido Popular
(Foro Asturias y UPN), o los peculiares equilibrios del poder regionalista en las islas.
Hechas
estas salvedades, y pese al “coeficiente de extravío” que cada cual quiera
aplicar para corregir estos hipotéticos (y fantasiosos) resultados, pienso que
en todo caso sirven para valorar la notable estupidez que supone el “antojo” de
los Dirigentes de Podemos de presentarse por separado a las elecciones
autonómicas.
Porque,
aunque serán contadas las comunidades donde una candidatura unitaria pudiera
quedar en segundo lugar (Y muchas menos, en el primer puesto) lo que resulta
obvio es que presentándose por separado no podrán aspirar si siquiera “a eso”
Dicha
decisión, de llevarse a efecto (aún se está a tiempo de evitarlo) va a dejar a
la Izquierda como 3º o 4ª fuerza en casi todas partes con la triste papeleta de
tener que ofrecer su apoyo al PSOE o (como hizo IU en Extremadura) permitir gobernar
al PP (con o sin el PSOE).
Ahí
quedan los resultados: Tanto los globales, como el desglose comunidad a
comunidad.
Que
cada cual saque sus propias conclusiones e intente (si lo considera oportuno) abogar por las candidaturas unitarias.
Porque
ocasiones como la presente hay pocas; Y desperdiciarlas es (a mi juicio) una
solemne estupidez
Saludos.
Recopilatorio
Elecciones Mayo 2015
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