15/11/13

Una opinión sobre el sucio asunto de las basuras


Aunque periódicamente me hago el propósito de no entrar a las discusiones “en caliente” (fundamentalmente por no tener excesiva confianza en la solvencia y el rigor de mis propias opiniones) a veces no me queda más remedio que abrir la boca, aún a riesgo de equivocarme por falta de perspectiva.
Este es el caso de la actual huelga (parcial) de recogida de basuras de la ciudad en donde vivo, Madrid.
Efectivamente no es plato de gusto encontrarse las calles (unas más que otras) alfombradas. no ya de hojas otoñales, sino sobre todo de bolsas de basura y cajas de cartón vacías.

Lo que me indigna no es la huelga, sino el hecho de que el pirómano que desató este “incendio” ahora se dedique a rasgarse las vestiduras y a pretender  calentarnos los cascos a los ciudadanos enfrentándonos a unos trabajadores (en general mal pagados) que lo único que defienden es su puesto de trabajo y que no les roben parte de su salario para garantizar el beneficio de los propietarios de unas empresas irresponsables.
Empresas que, para adjudicarse las concesiones, realizaron ofertas temerarias cuyo cumplimiento sólo podía llevarse a cabo, o bien incumpliendo las condiciones que ofertaron, o bien restando el dinero necesario a quienes curiosamente no parecen ser parte de dichas empresas (los trabajadores) y que son precisamente los que realizan el trabajo que justifica dichas adjudicaciones.
El pirómano en cuestión no es otro que la Alcaldía (alcadesa, en este momento) que nos vendió la idea de que dicho servicio sería mucho mejor gestionado por la “iniciativa privada y, además, nos iba a ahorrar gastos.

La realidad es que no sólo no ha habido tal ahorro, ni tampoco se han respetado los compromisos de mantenimiento de las plantillas, sino que, además, se han empeorado notablemente la calidad del servicio a la vez que las condiciones laborales de quienes lo realizan.
Por eso no me vale que la señora alcaldesa pretenda ponerse de perfil o echar balones fuera.

La responsabilidad de garantizar ese servicio es suya.

Y conmigo que no cuente para enfrentarme a los barrenderos (oficio noble como otros muchos).
Todo lo contrario: digo la que D. Luis Arroyo hoy en Infolibre:
E invito a quien esto lea a hacer lo mismo.
La puñalada que hoy pretender dar a los derechos de esos trabajadores es la misma que (si lo consentimos) mañana darán a otros y, tarde o temprano, a nosotros mismos.
Pero sobre todo es una gran injusticia y sería un notable despropósito si no fuera porque forma parte una muy cuidada estrategia de amedrentamiento y precarización de los ciudadanos para que, muertos de hambre y de miedo, supliquemos unas migajas a quienes hoy roban nuestros derechos.
No pienso entrar a ese juego.
Y conviene tomar nota de que, tal y como alguna gente ha señalado, estas mismas empresas son las que están tomando el control de la limpieza y los servicios de hostelería de la sanidad pública.


Y dos apuntes más:


Esas empresas que hoy quieren rebajar salarios y reducir plantillas han declarado 1.346,4 millones de euros de beneficios en los 9 primeros meses de este año.
Y, por si esto fuera poco, hoy nos enteramos de que el ayuntamiento de León (del Partido Popular) afirma haber ahorrado casi la mitad del gasto desde que ha vuelto a gestionar directamente este servicio.


 Meditemos, hermanos.

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