11/7/13

Que nadie descorche la botella (III)


Tampoco ahora.

Todo llegará.
Como muy bien dice el Sr. Fernández-Lasquetty, es muy probable que la paralización cautelar del proceso probablemente sea tan sólo “temporal”.
Efectivamente, como afirman quienes conocen estos vericuetos legales, el auto de suspensión se limita simplemente a admitir que puede haberse cometido algún tipo de infracción en el “procedimiento”, pero en absoluto cuestiona la legalidad del saqueo que implica la privatización.
Sin embargo, el parto de esta criatura está viniendo “de nalgas” y, a lo que parece, con algo más que una “vuelta de cordón”.
Por lo tanto, aunque los “doctores” no cuestionen la legitimidad de la gestación, bien pudiera ocurrir que la criatura se malograra, o naciera con graves malformaciones que la hicieran inviable.
El tiempo corre en contra de los aparentemente felices “padres” del engendro (de los abuelos no vamos a hablar para no herir susceptibilidades).  
Y dentro de una semana la operación estará más desacreditada (aún) que hoy.
Y dentro de un mes más (aún) que dentro de una semana.
Y pudiera ser que, a la vista del proceloso horizonte político de este país y el innegable hartazgo de la ciudadanía, los hasta el presente poco entusiastas “adoptantes” terminen por pensar que no vale la pena quedarse con una criatura tan problemática.
Porque, no lo olvidemos, no se trata de filántropos sino de depredadores.
Así que: lo dicho.
Esperar y ver.
Saludos    

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