No
es la primera vez que traigo a colación las heterodoxas opiniones del ortodoxo
economista y personaje que es el catedrático de Estructura Económica D.
Santiago Niño Becerra.
Difícilmente
podrá nadie calificarle de “antisistema” o “filomarxista”.
Y
por esta razón puede que algunas personas se tomen más en serio sus “advertencias”.
Advertencias
que en boca de Martín Seco, Vicenç
Navarro, Juan López Torres o Alberto Garzón (por tan sólo citar 4 nombres) suelen ser
automáticamente descalificadas como si fueran fruto de la ideología y no del
análisis.
Lo
que le diferencia de los “expertos”, de los “sabios” y de los “100 economistas”
al uso, es que (por la razón que sea) aunque supongo que no es más “experto”,
ni más “sabio” que ellos, el Sr. Niño Becerra parece no tener “pelos en la
lengua” para llamar a las cosas por su nombre y dejarse de eufemismos y
cortinas de humo.
Es
decir: Que no es un “vendedor”, ni un estafador ideológico.
Ahí
queda, expuesta a la vista del público, la trastienda del guiñol del poder económico
para que podamos cerciorarnos de cómo funcionan las marionetas.
Pienso
que quizá, tras comprobar la intención de quienes manejan los hilos, podamos
perder el miedo al “lobo de la crisis” y prestar lago más de atención a los
carteristas que, mientras contemplamos la representación nos vacían los
bolsillos (de los derechos, de la ilusiones, del disfrutar de la vida y del
amor).
A
los “moderados” y "biempensantes", a quienes las opiniones de los 4 primeros que he citado les
parezcan poco serias, o dictadas por la “ideología”, les sugiero la lectura del
libro titulado “No
es economía, es ideología” (Deusto, 2012).
Se
trata de una obra “colectiva” de una serie de economistas, también ortodoxos,
miembros todos ellos de Economistas Frente a la Crisis (EFC) y a salvo de cualquier
sospecha de extremismo ideológico, o de trabajar “a sueldo”, salvo de su
propias convicciones (que yo, en mi ignorancia académica, en algunos aspectos
no comparto).
Saludos.
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