Me
ha sorprendido gratamente comprobar que, en contra de mis previsiones y pese a
la escasa coordinación y difusión pública, la 5ª Marea blanca (de ayer, 19 de
mayo de 2013) aún ha sido capaz de congregar a algo más de 10.000 personas.
Y
ello tras el agotamiento físico y moral de una ciudadanía y unos trabajadores
que llevamos más de medio año ininterrumpido de trabajo, protestas y acciones informativas.
A
la luz de los “hechos” pareciera que todo ello no ha servido de nada.
Pero,
en mi opinión no es así.
Tan
cierto como el empecinamiento del gobierno regional en desmantelar el sistema
sanitario público madrileño es el hecho de que, a estas alturas ese mismo gobierno
regional , ha logrado poner en su contra a (como poco) más del 80 % de los ciudadanos
de esta región.
Y,
mejor aún, ha abierto los ojos a los habituales biempensantes y “nada-pensantes”
sobre la cruda realidad de que estamos gobernados por una cuadrilla de gánsteres
que, valiéndose de los votos de quienes confiaron en ellos, trabajan
diligentemente a las órdenes de una serie de empresas e intereses económicos
para los que los derechos ciudadanos y su garantía por parte de los poderes
públicos son un estorbo.
Aparentemente
se están saliendo con “la suya”; pero a estas alturas ya han fracasado en casi
todos los frentes:
La ciudadanía ha descubierto que tenía (y aún
tiene) una Sanidad pública excelente (pese a sus gestores políticos) y empieza
a reivindicarla.
Desde
diversas instancias se están “levantando” las ilegalidades y los gazapos jurídicos en los que está incurriendo la
Consejería de Sanidad en esta frenética huida hacia adelante que pretende
liquidar el sistema antes de que los ciudadanos les echen a escobazos.
Se
están examinando con detalle muchos de los contratos y pagos que se han venido
efectuando y pudieran aparecer informaciones un tanto comprometidas (legal y
administrativamente) tanto para la Consejería como para las empresas
concesionarias.
Desde
los propios hospitales y centros de salud se sacan a la luz pública aberraciones
médicas y “directrices administrativas”
que rayan lo delictivo (cuando no incurren directamente en ello).
No
hay día en que no nos desayunemos con alguna tropelía sanitaria digna del
tercer mundo (o del humor negro de Gila)
Y,
a la vista de esto (Y de la mala prensa que –en toda Europa- empiezan a tener los negocios dirigidos desde
los paraísos fiscales), los vampiros de las empresas privadas pese a trabajar con
“careta” se están empezando a “tentar la ropa”, no vaya a ser que se estén
metiendo en un avispero.
Todo
esto, a mi juicio, son también “hechos” tan ciertos como la voluntad de los
depredadores que nos gobiernan de “vaciar la caja” antes de que llegue la policía
(electoral).
Porque
lo cierto es que las alarmas ya se han disparado.
Saludos.
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