Ni
el “hermano Trillo”, ni el tiburón Gallardón (disfrazado hasta ayer de delfín),
ni el fiscal Torres-Dulce (heredero de
un juez del Tribunal de Orden Público), ni tampoco los funcionarios serviles del
Tribunal de Cuentas, o la Agencia Tributaria que declaran solemnemente que los
investigados no han roto un plato en su vida (porque así se lo han asegurado
los afectados), ni determinados jueces de “muy peculiar” independencia de criterio,
ni siquiera las poderosas “máquinas de niebla” informativa que son muchos
periódicos, radios y cadenas de televisión, van a poder tapar tanta corrupción,
ni evitar que trascienda el hedor de tanta podredumbre como almacenan los
sótanos del poder (Institucional, político y empresarial).
“El juez Castro investigará a la infanta Cristina
por presunto fraude fiscal” (Alicia Gutíerrez, Infolibre, 24-V-2013) Y,
tras de ella, pregunta por Francisco Camps y Rita Barberá.
Tanto
da que la Agencia Tributaria intente sin pudor alguno afirmar que “ellos no han
visto nada” (en las declaraciones oficiales), ni que el Fiscal General del
Estado intimide al juez instructor (José castro) advirtiendo que el “terreno
de juego” lo marca la Agencia Tributaria, ni que el Consejo General del Poder
Judicial quite de las manos los procesos a los jueces sospechosos de posible
independencia de criterio.
Nada
de eso será suficiente.
Costará; Pero “la cosa” caerá por su propio peso.
El
edificio del poder tiene la estructura completamente podrida y, ni los puntales
y apeos que todas estas instancias están colocando, ni la retirada de escombros
(y basura) que están intentando llevar a cabo por la puerta trasera, ni tampoco
la quema de los cadáveres que guardaban en el armario de la corrupción, podrán
evitar su desplome.
Al
igual que ocurrió en el criminal episodio de la fábrica textil de Bangladesh han
aparecido grietas en la fachada y la estructura que sustenta el edificio del
poder va camino del colapso.
El
problema que tienen sus actuales inquilinos es que no podrán salir llevándose
todo lo que robaron.
Ese
es el problema, de ellos.
Y
esa es la esperanza de los ciudadanos.
Así
sea.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario