Buenos
días, hoy domingo:
Llevo
unos cuantos meses escuchando a mis amigos, y a no tan amigos, sino simples
conocidos con los que coincides por razones de trabajo o usos sociales, manifestar
una creciente indignación por lo que empiezan a tener claro que es un atraco y
no un mero accidente.
Eso
me alegra, ya que una buena parte de la culpa de lo que nos hacen, la tenemos
nosotros mismos por nuestra indolencia y nuestro empeño en no apearnos del
burro de nuestras filias y fobias políticas, cuando, en muchos casos, ni
siquiera sabemos de qué estamos hablando.
Y, además, me alegra porque pienso que el primer paso para ir a cualquier
parte es saber previamente donde nos encontramos.
Pero,
en paralelo, detecto cada vez más, un sentimiento de inevitabilidad, impotencia
y desesperanza que me produce una gran tristeza porque intuyo que muchos están
siendo presa de esa sensación de Hundimiento moral que comentaba hace apenas
tres días (“Interesante
reflexión”).
Y
ello; en gente inteligente, honesta, trabajadora y razonablemente lúcida que, a
lo largo de su vida, ha demostrado sobradamente su iniciativa y su capacidad de
aguante ante los reveses que, de un modo u otro, en algún momento todos
sufrimos.
Peor
aún: No están dolidos por lo que a ellos les afecta.
Asumen,
aunque de mala gana, la parte que a ellos toca.
Pero se duelen y angustian por el daño y la falta de perspectivas que les esperan a sus seres cercanos, hijos, amigos y empleados.
Pero se duelen y angustian por el daño y la falta de perspectivas que les esperan a sus seres cercanos, hijos, amigos y empleados.
Ante
eso, un servidor, iluso irredento y optimista impenitente, pero también un
tanto correoso, quiere decir que no tenemos por qué aguantar.
Y,
sobre todo, que (aparte de la Razón y el Derecho
moral) tenemos mucha más fuerza de la que creemos.
Pongo
tan sólo media docena de ejemplos recientes sacados del diario revoltijo
informativo:
Pese
a que estamos gobernados por personas cuyo comportamiento raya lo delictivo,
aún quedan Funcionarios que funcionan y que no están dispuestos a ser cómplices
de semejante tropelía.
Pese
a la indisimulada protección de algunos jueces valencianos, y aunque finalmente
los culpables terminen escurriéndose por los coladeros de la prescripción o los
defectos de forma, un ex consejero y varios mangantes, están en la picota. El
primero por pasarse por el arco de triunfo la opinión de 4 funcionarios (otra
vez los funcionarios) y los otros cuatro, simplemente por (presuntos) ladrones.
Y todos ellos por (presuntos) corruptos.
Lo
de menos es la imputación del Sr. Rato. Lo verdaderamente importante es que,
posiblemente, a partir de ahora, muchos espabilados y “jubilados de oro” van a
empezar a sentir sudores y no precisamente por el calor estival.
Aquí
lo verdaderamente lamentable es que el recurso de inconstitucionalidad lo haya
presentado el PSOE en solitario (bien por el PSOE) mientras, que yo sepa, IU, PNV
y UPyD y ERC se quedaban cruzados de brazos.
No
menciono a CIU (Conveniencia
y Unió)
porque estoy convencido de que muchos de sus allegados estarán encantados de
encontrar una gatera por la que salir sin dejarse demasiados “pelos”.
Se
trata de un ejemplo palmario de la “bondad” de los gobiernos en minoría y el
poder que tienen los partidos modestos, si de verdad “quieren”
Estupendo
y didáctico vídeo que a alguno le servirá para no dejarse engañar por las
apariencias.
Bueno:
pues, aunque sea modestamente, parece claro que estamos empezando a “rebullirnos”
y somos muchos.
Pero
sobre todo, como decía al principio: Tenemos Derecho y tenemos Razón.
Quizá
de lo único que se trate es de estar cada uno en su sitio y mantener sus
propias convicciones y distanciarse de quienes, más a menos descaradamente, se
dedican a aprovechar “lo que pueden”.
Sea
trabajando poco y mal porque no le pagan.
Sea
aprovisionándose de folios, bolígrafos o papel higiénico a cuenta de la empresa (habitualmente pública).
Sea
mirando para otro lado ante lo injusto cuando a uno no le afecta personalmente.
Sea
actuando en contra de su criterio cuando “conviene”, . . . y
que cada cual añada lo que estime conveniente.
Una
de las cosas más penosas que he tenido ocasión de “vivir” en algunas ocasiones
es la sensación de “cutrez” de los sujetos que recaudan “la mordida”, sea esta
pequeña o inmensa.
Hasta
hoy me he negado.
Y
sigo vivo y con la esperanza de poder seguir negándome en el futuro.
Por
todas estas razones acudiré a hacer bulto el martes por la noche a las 20:00 a
la plaza de Moncloa para recibir a los mineros que se las están teniendo
bastante tiesas con esto de los recortes.
Alguna
gente propone que, ya que los mineros llevan lámparas en el casco, acudamos
provistos de linternas.
Aunque
los dioses me dotaron de escasas dotes para el arte escénico, llevaré mi
linterna y participaré en el “teatrillo” (performance que dice la gente fina).
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario