Me sumo, a título personal, a la censura de la
lamentable actuación de la Diputada del Partido Popular por la provincia de Castellón,
Doña Andrea Fabra Fernández.
Vistas algunas de las misivas e invectivas que le
están dedicando, me permito sugerir, también a título personal, un texto algo más
comedido pero no por ello menos severo.
Reproduzco el correo que le he enviado junto con su
dirección de correo electrónico por si alguien quiere dirigirse a ella.
Señora Diputada:
Me llamo Pedro González, soy ciudadano español residente en Madrid
y puede usted perfectamente localizarme a través de mi correo electrónico, si
así lo deseara.
Aunque no me he tomado el trabajo de visionar el vídeo donde se
reproduce su despectiva y grosera intervención del pasado viernes en el
Congreso de los Diputados (que Usted no ha desmentido sino, simplemente,
matizado), me permito hacerle llegar mi decepción por lo que considero que no
es más que una muestra adicional de la escasa educación, estatura moral y
competencia política, que vienen acreditando una parte de las personas como
Usted, a quienes los ciudadanos, acertada o desacertadamente, otorgamos nuestra
confianza y nuestra representación.
Siento vergüenza cada vez que un representante político (del
partido que sea) expele púbicamente estos auténticos “eructos” que, aparte de
descalificar a sus autores, desacreditan el sistema político al que dicen
representar.
Por ello, con el debido respeto, le ruego, a Usted personalmente
en este caso, y a todos los cargos públicos, sean del partido que sean, que
guarden un mínimo decoro y buena educación en sus pronunciamientos.
No creo que sea mucho pedir.
Pedro González
Pienso que, con independencia de lo que “nos pida el
cuerpo”, ante la prepotencia, el saqueo y la demolición sistemática de nuestro
Estado de derecho que el partido gobernante está perpetrando,
debemos tener la prudencia de no encabronar aún más el ambiente.
En primer lugar porque eso no nos “carga” más de razones.
Y, en segundo lugar porque, cuando se produce un encontronazo, las lesiones las sufren, fundamentalmente, los más débiles y peor “acomodados”.
En primer lugar porque eso no nos “carga” más de razones.
Y, en segundo lugar porque, cuando se produce un encontronazo, las lesiones las sufren, fundamentalmente, los más débiles y peor “acomodados”.
Saludos.
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