16/8/13

Vísteme despacio, que tengo prisa



Aunque el supuesto autor de esta frase (al parecer el rey Fernando VII) es uno de los personajes más despreciables de nuestra historia (que no anda escasa de ellos) el consejo me parece que le viene al pelo a la propuesta de Izquierda Unida de sacar a escobazos (electorales) del poder al impresentable gobierno que actualmente padecemos.
 Me parece bien el no dejar pasar un instante, ni una ocasión, para restregarle por las narices, sus incumplimientos, sus contradicciones, su complicidad con los corruptos y su propia (y más que probable) corrupción.
Pero una cosa es machacar diariamente el hierro sobre el yunque y otra muy distinta pretender sacarlo de la fragua cuando aún no está forjado.
Lamentablemente, y aunque a más de uno nos gustaría amanecer mañana con un gobierno de gente honesta e independiente de los poderes económicos, la realidad es que tal y como afirmó en su día D. Joaquín Leguina  de  Alberto Ruiz-Gallardón, aún nos faltan “un par de hervores”.
Por eso creo que tenemos que tener mucho cuidado en diferenciar lo que es el trabajo diario de denuncia, exigencia de responsabilidades y concienciación del personal del espejismo de una apuesta por tumbar al gobierno que, en principio, puede resultar más laboriosa de lo que parece.
Otra cosa es que los acontecimientos se precipiten y efectivamente el gobierno caiga arrastrado por sus propios errores, mentiras y corrupción.
O sea “dejado caer” directamente por los organismos internacionales si sospechan que cuanto más tiempo pase más posibilidades hay de que se consolide la izquierda del PSOE como fuerza capaz de influir.
En ese caso no habrá más remedio que “agarrar las andas” y tirar del pesado carro que entre unos y otros (PSOE, PP y “europa”) nos han dejado en herencia.
Es un escenario que a medio plazo parece inevitable y debe alegrarnos.
Pero no será ninguna bicoca.
Entretanto: “a dios rogando y con el mazo dando”.
Pero sin fantasías.
Saludos.   

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