El
hecho no merece mayor comentario.
No porque no resulte extremadamente
grave, sino simplemente porque se comenta por sí mismo.
Mucha
debe ser la sensación de impunidad y muchas las prisas por meter la pezuña en el
hospital cuando ya ni siguiera se molestan en guardar las apariencias de
legalidad.
Espero
que alguien se tome la molestia de documentar adecuadamente estos hechos y denunciarlos
ante las instancias que corresponda.
Pero
para ello, como para casi todo, hace falta la determinación de ciudadanos con
nombre y apellidos (y sin miedo) que ratifiquen la información y suscriban las
denuncias.
Si
queremos parar este saqueo no tenemos más remedio que convertirnos en “vigilantes”
y “denunciantes (y ¡ojo! que no estoy diciendo delatores, ni chivatos) todas y
cada una de las personas que componemos la sociedad civil:
Empezando
por los propios trabajadores que son quienes tienen mayor y más temprano
conocimiento de este tipo de actuaciones.
Continuando
por los pacientes, que hoy ven como a sus camas del “hospital público” les
ponen una sábana con el logotipo de una empresa privada (ajena al hospital) y,
mañana, cómo les derivan una prueba diagnóstica,
o una intervención, a un hospital distinto del suyo.
Y
terminando por el resto de los ciudadanos a quienes también nos están robando
el derecho a la salud para engordar las
cuentas de beneficios de determinadas sociedades mercantiles.
Todos
nosotros tenemos que perder el miedo a denunciar (lo que sea denunciable) y
hacernos el firme propósito de no transigir ni, por pura pereza, dejar de
exigir información a nuestros propios médicos y enfermeros que nos conocen de
siempre y poco pueden hacer si nosotros mismos nos limitamos a “agachar la
orejas” e ir donde “nos manden” aunque sepamos de sobra que no nos conviene.
Ahí
queda este comunicado remitido por la Plataforma por la Mejora y Defensa de la Sanidad
Pública del Henares y firmado con nombres y apellidos que facilitan también sus
números de teléfono.
Aplaudo
su decisión y pienso que debiéramos empezar a organizarnos para plantear (pacífica y legalmente) una férrea defensa de
los derechos que, con estos comportamientos y estas políticas nos están, lisa y
llanamente, robando.
Saludos.
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