En
estos tiempos en que (con bastante buen criterio, por razones de mera
supervivencia) unos y otros competimos en reafirmarnos en nuestros
planteamientos, y en "disparar" a todo lo que se mueve a nuestro alrededor, resultan
muy oportunas las reflexiones del poeta (vivo) Luis García Montero, para que
aprendamos a distinguir los objetivos y no malgastar nuestras fuerzas, ni
nuestra munición (dialéctica y moral) apuntando a los señuelos y espantajos que
nos propone el sistema.
O
los que nosotros mismos nos “fabricamos”.
Como
suele ser habitual con este hombre, la lectura de su artículo, aparte de un muy
grato ejercicio, resulta intelectualmente muy “nutritiva”.
Desde
hace mucho tiempo soy consciente de que uno de los mayores robos que hemos
padecido (y estamos padeciendo) es el del lenguaje.
Lo
han “pervertido”. Y, lo que es más grave, aparte de no darnos cuenta, lo hemos
terminado asumiendo como propio.
Saludos.
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