2/4/13

Sin-vergüenza



Así es como se comportan algunos supuestos “liberales” que llevan viviendo del erario público desde que tenían uso de razón.
A la gravedad de la estafa política de pregonar lo contrario de lo que se practica, en el caso de alguno de estos sujetos, tenemos que añadir la absoluta desfachatez con la que mienten, calumnian, prevarican y “pescan” (sistemáticamente) en todos los ríos que (ellos y sus amigos y correligionarios políticos) se cuidan de mantener permanentemente revueltos con la excusa de la “eficacia del libre mercado”.
Mercado que, ni es libre, ni -a la vista de los últimos y pandémicos desastres-, es tampoco eficiente (Salvo para quienes viven y medran a costa de él).

En mi modesta opinión, D. Manuel Lamela Fernández (sin perjuicio de que, en tanto los tribunales no dictaminen lo contrario, debamos considerarle como un “presunto inocente”), es un ejemplo aventajado de todo lo que anteriormente he citado.
Y, además de un notable buscavidas, es un “canallita” que no tuvo inconveniente en divulgar mentiras y medias verdades en contra de la honorabilidad y profesionalidad de varias personas para crear una cortina de humo que ocultara las “maniobras orquestales en la oscuridad” de esa adalid del liberalismo (personal y familiar) financiado con dinero público que fue, y sigue siendo, Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma (condesa consorte de Murillo).
Confío en que, algún día, a semejante “tropa” le llegue el momento de rendir cuentas y, aunque a esas alturas “las cuentas” estarán en las islas caimán, nos quede al menos la satisfacción de habérnosles sacado de encima y podamos quedarnos tan descansados como los perros cuando se sacuden las pulgas.
Tal y como digo, estas gentes, con total naturalidad, se comportan “sin-vergüenza”.
Dicho sea con todos los respetos.
Saludos.

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