13/4/13

”E la nave, . . . ¿va? (elecciones italianas VI)


En principio aún no ha encallado. Pero en estos últimos días se está metiendo en aguas peligrosas
Ciertamente no cabía esperar grandes milagros de una situación en la que los más poderosos tienen que andar con pies de plomo para evitar que un país tan grande como Italia les haga un corte de mangas y, por otra parte, los representantes del  vencedor moral de los pasados comicios, es decir “el hartazgo” (de Berlusconi, de la Troika, del BCE, de Ángela Mérkel, de los bancos, de los recortes, de las privatizaciones) tienen miedo de que cualquier acuerdo que permita salir del atasco sea interpretado por los más “bizarros” como una traición.
En tierra de casi nadie (y por sus propios pecados) queda la Izquierda representada por Bersani a la que unos temen (porque pudiera hacerles daño) y otros detestan (porque supuestamente les impide "derribar" el régimen ahora mismo).
Efectivamente el Sr. Bersani y la Izquierda que él comanda arrastra un pecado de “tibieza” a la hora de condenar y rechazar las mil y una trapacerías que en nombre de la gobernabilidad han perpetrado los poderes fácticos (del dinero y las grandes empresas) de la mano de Mario Monti.
Y, ahora cuando toca “mover ficha” mucha gente del movimiento 5 estrellas desconfía e intenta evitar apoyarle.

Sin embargo mi opinión es que un gobierno minoritario de Bersani es la mejor manera de poder empezar a avanzar en la dirección correcta, y los “Grillini” siempre tendrán el mango de la sartén para frenar cualquier propuesta que vaya en contra del interés de los ciudadanos o suponga una nueva concesión a “Europa”.
Pero para ello tendría que haber un gobierno.
En la situación actual las cosas llevan camino de “torcerse” y el Sr. Bersani (quizá con la mejor intención) está empezando a dar pasos en falso. 
Lo digo porque, con independencia de que se hundiera el mundo, todas las fuerzas políticas italianas (y el Sr. Bersani también) deberían negarle el saludo al Sr. Berlusconi por mucho que éste quiera ofrecerse como “amigable componedor”.
Es un mafioso, un corrupto y un trilero. Y merece que nadie le descuelgue el teléfono, ni acuda a sus citas.
El paso del tiempo trabaja a favor del mundo del dinero. Y es muy posible que en unas próximas elecciones los resultados sean aún peores para propiciar ningún cambio.
Sobre todo si la izquierda no demuestra, además de prudencia y sentido común, el coraje necesario para no apearse de sus convicciones y negarse a las componendas.
Para empezar, quizá, la elección de Doña Emma Bonino o D. Romano Prodi (que cuentan con el beneplácito de los “grillini” podría ser un primer paso en la buena dirección.  
¡Atentos! (que diría D. Miguel Ángel Aguilar). El jueves próximo, sabremos más.
Saludos.

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