11/3/13

La desfachatez del Consejero Fernández-Lasquetty

No por habitual en el comportamiento de su partido y su gobierno es menos impresentable (e inadmisible) la desfachatez con la que el Consejero de Sanidad se refiere a su “no obligación” de conocer a los  accionistas del principal y sistemático beneficiario del desmantelamiento de la Sanidad Pública Madrileña.
Es posible que no tenga obligación “legal” de conocerles.
Es más, con la legislación vigente hecha a medida de quienes ocultan sus intereses a través de empresas instrumentales radicadas en paraísos fiscales, el obtener dicha información es probablemente una "misión imposible".
Pero la desfachatez del Sr. Consejero consiste en “hacer como que no se entera” de que a muchos ciudadanos nos cabe la legítima sospecha de que pudiera ocurrir que quienes diseñan la política de desmantelamiento de la Sanidad Pública, quienes administran los tiempos y las decisiones que materializan dicho desmantelamiento, quienes redactan los pliegos de condiciones de las “concesiones”, quienes bareman y puntúan los méritos de los licitantes y quienes finalmente adjudican tan suculentos “negocios”, pudieran ser, tal vez, los beneficiarios de dicho desmantelamiento.

El Sr. Fernández-Lasquetty hace como que no se entera; Pero ése es el fondo de la cuestión.
Por otra parte, el poner la salud de los ciudadanos en manos de una empresa que es  propiedad de otra empresa,  . . . que es propiedad de otra empresa, . . . que es propiedad de otra empresa, que es propiedad de . . ., en las islas Caimán, no parece una decisión mínimamente presentable.
Mucho menos aun cuando la empresa tapadera (la que da la cara) ni siquiera cumple con la legislación vigente (en nuestro propio país).
Sería razonable que dicho incumplimiento fuera motivo suficiente para inhabilitarla a la hora de pretender nuevas adjudicaciones.     
Y si la desvergüenza del Sr. Fernandez-Lasquetty le permite semejante desparpajo, avergoncémosle públicamente a la espera de que en algún momento puedan saberse los nombres y apellidos de quienes se benefician a costa de nuestros derechos y nuestros bolsillos.
Y, si hay suerte, ojalá les podamos ver entre rejas.    

 Saludos.

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