28/3/13

Esperemos que no ocurra



No porque muchos no se lo merezcan, sino por no tener que ensuciarnos las manos.
El artículo de Javier Gallego, cuyo análisis suscribo, me ha impresionado porque se me antoja un paso más dentro del sentimiento colectivo de que las cosas están llegando demasiado lejos y, como decía mi abuela (paterna), podemos terminar teniendo “trapos que lavar”.
Ojalá no ocurra.
Pero lo cierto es que, quienes tienen la mayor responsabilidad (y medios) para evitarlo, están haciendo todo lo contrario de lo que debieran. Y andan paseando con antorchas dentro de un polvorín.
Ahí dejo el enlace.
Y, también, para los que con este tema les entran “escrúpulos de conciencia” (que alguno conozco), recomiendo este otro artículo de un tal Guillermo Zapata, a quien no conocía, pero cuyo razonamiento me parece muy válido (¡Ojo!, que el texto empieza debajo de la imagen)
Saludos.

No hay comentarios: