20/3/13

Balance de (algo mucho peor que) un disparate



En estos días en los que el menguante (esperemos que no mangante) presidente de la República Francesa D. Francois Hollande ha decidido contribuir (más abiertamente, aún de lo que ya lo hacen Europa y los EEUU) a “llevar la democracia” a Siria, viene muy a cuento echarle un ojo a alguno de los balances que, con ocasión de los diez años de la gloriosa ”liberación” de Irak por parte de “los encargados” (por analogía recomiendo visionar este vídeo) de las multinacionales occidentales, han elaborado muchos medios de comunicación.
Yo me quedo (y propongo) éste de Carlos Enrique Bayo que, a mi juicio, es persona profesionalmente solvente e intelectualmente honesta.
Tras leerlo, se podría pensar que se trata de una crítica despiadada por parte de un enemigo ideológico. Pero la realidad es que las cosas que cuenta, y el cómo las cuenta, son hechos inapelables y perfectamente comprobables.
Y las conclusiones, una vez asumida la veracidad de los datos, vienen rodadas; Y, para mí, en esencia, se reducen a las siguientes:

  Nunca hubo armas, ni peligro alguno para nadie por culpa de Irak.
  Los Iraquíes, en 1993, pese al embargo y al “pájaro” que les gobernaba (que no era ninguna “malva”), tenían mucha más paz, prosperidad, educación, ley y (me atrevo a añadir) “Libertad” que en la actualidad.  
3º La guerra fue simplemente el medio para, por un lado propiciar escandalosos negocios a la industria armamentística y a las “contratas” privadas, y, por otro, permitir “meter la cuchara” en la explotación de los recursos petrolíferos del país, negocio del que las empresas occidentales habían sido prácticamente expulsadas.
  Tras diez años de sistemático saqueo y corrupción, los "logros" han consistido (únicamente) en destripar el país, abrir una guerra religiosa, empobrecer a la población y, además, liquidar (de momento)  a, entre, 115.000 y 200.000 civiles (según las fuentes) .
  Las condiciones de vida de las mujeres, la salud, la enseñanza y el suministro de servicios básicos han retrocedido hasta niveles de aproximadamente hace 40 años y son mucho peores que cuando empezamos a "liberarles".
  Se ha desestabilizado política y militarmente la zona de Oriente Medio. Imagino que como medio seguro para justificar el seguir desestabilizando otros países y "engrasando" los negocios de los “contratistas”.
Y todo esto sin despeinarnos, exigiendo en la actualidad, pruebas de pureza democrática a Siria, mientras miramos para otro lado en lo relativo a la barbarie, la corrupción y la falta de respeto a los derechos Humanos en Arabia Saudí y las monarquías petroleras del golfo.
Aquello, como afirmo en el enunciado, no sólo fue un disparate, sino algo mucho, mucho peor.
Todo ello es muy, muy lamentable:
El que haya ocurrido. Y el que no seamos capaces de entender la magnitud de esta injusticia.

Y, además, la sensación de que, muy probablemente, los culpables e instigadores, no sólo se irán “de rositas”, sino que siguen actuando llevando la muerte, el dolor, la destrucción, la barbarie, el odio religioso (y étnico) y sus miserables negocios a otros países.
Me avergüenza que un señor que se dice Socialista y cuya llegada al poder muchos saludamos como una entrada de “aire fresco” en la política francesa (y europea) se ponga al frente de semejante genocidio.
Y me llevan los demonios cada vez que (como me ocurría entonces) tengo que argumentar mi rechazo al destrozo de Siria que muchos de mis amigos y conocidos justifican (o, incluso, aplauden).

Hace unos años pasé un par de semanas por allí. 
Y, salvando las distancias con la verde Galicia, me pareció un hermoso y tranquilo país, no muy distinto de su vecina Jordania.
 

Saludos.

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