Eso es lo que parece que se pretende con el “plante”
del próximo viernes, día 20, por la tarde
Debo advertir que en esta ocasión, además de
ejercer (conscientemente) de “compañero de viaje” o “tonto útil” de un
determinado partido político, estoy haciendo “la del capitán Araña” que
embarcaba a la gente mientras él se quedaba en tierra.
Desafortunadamente el viernes estaré fuera de
Madrid y no podré acudir a hacer bulto a esta convocatoria.
Sin embargo, con independencia de las simpatías o
antipatías que se tengan por el partido convocante, pienso que la acción es
“justa y necesaria, es nuestro deber y . . .” aunque no sea nuestra salvación,
si reúne a bastante gente será un golpe de ariete más contra la cerrazón nuestro gobierno que, atrincherado en su mayoría absoluta, ofrece sacrificios
humanos al becerro de oro de los mercados y los “kapos” del poder económico
europeo.
El Sr. Zapatero hizo (a partir de cierto momento,
y de mala gana) algo similar y pienso que fue fundamentalmente por ingenuidad,
no exenta de cobardía y algo de oportunismo y apego al sillón.
Sin embargo el Sr. Rajoy (y sus conmilitones) lo
hacen encantados, por pura ceguera ideológica acrecentada por la complicidad;
ya que, aunque no alcanzan la talla de los grandes tiburones financieros, son
unos “marrajos de mucho cuidado” y el olor del “festín” les despierta los
reflejos gástricos, como al perro de Paulov.
Ojalá acuda mucha gente.
Además es un buen pretexto para conocer esos
andurriales, donde se ubica el Palacio de la Moncloa; misterioso edificio en el
que, al igual que en el episodio de “la casa que enloquece”
de "las 12 pruebas de Asterix" (aunque no es más que un divertimiento, vale la
pena verlo), todos sus inquilinos, desde Don Adolfo Suárez
hasta Don Mariano Rajoy, han perdido el “oremus” tras traspasar el umbral de
sus puertas.
Saludos.
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