Como
pueden ustedes comprender no pienso dejar pasar la ocasión de equivocarme, una
vez más, con el vaticinio de los resultados electorales del próximo domingo en
Francia y en Grecia.
Me preocupa, visto mi historial de desaciertos,
que el mero hecho de vaticinar “yo” el triunfo de Francoise Hollande en Francia
nos vaya a suponer, a los franceses y al resto de los europeos la desgracia de
su derrota.
En todo caso confío que, en esta ocasión, apuesto
“sobre seguro” y se cumplirán mis deseos. (Ojalá)
Pero si importantes son las elecciones francesas,
no lo son menos las que, el mismo día, se celebran en Grecia, donde nadie sabe
lo que va a pasar.
Y tengo la sensación de que ese “no saber” de
los “institutos de opinión” y los “medios de comunicación” encubre realmente la
sospecha (y el miedo) de que, al final, “la criada nos salga respondona”.
Y que los puñeteros griegos decidan que no
quieren que les sigan rescatando (a los ricos y a los bancos) a costa de perder
lo poco que les va quedando, que es su dignidad. Porque lo que es su pan y sus
derechos, ya se los han merendado entre el FMI, el BCE y la Troika.
Ojalá no me equivoque.
Nada sería más oportuno para empezar a frenar,
desde Francia, desde Grecia, desde Andalucía y quizá desde Irlanda, la
desvergüenza y el saqueo al que estas instituciones, que no han sido elegidas
por nosotros, llevan años dedicándose, afirmando que lo hacen en nuestro nombre.
Ojalá no le puedan volver a tapar la boca al
pueblo griego personajes de la catadura del Sr. Evángelos Venicelos y Lukas Papademos
que, años atrás, arruinaron el país (comprando ingentes cantidades de armamento
innecesario el primero y falseando las cuentas nacionales el segundo) y ahora
se dedican a extorsionar a sus propios conciudadanos, para que “la banca
siempre gane”.
Que los dioses escuchen mis plegarias y atine en
ambos pronósticos.
Aunque sea a costa de "empañar" mi bien ganada fama de “Gafe”.
Amén
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