Estamos en mitad del desastre económico causado por el
“mundo financiero” aprovechando nuestra estupidez, nuestra codicia, nuestro
miedo, nuestro propio dinero, el dinero que “fabrican” ellos mismos y la
ovejuna sumisión de nuestros gobernantes.
Estamos, digo, en estado catatónico, como conejos
deslumbrados por los faros, en mitad de la calzada, a punto de que, si no nos
apartamos, nos pase por encima el bulldozer de “los mercados” y aunque no nos
liquide, nos deje con graves secuelas, de desesperanza, indignidad y miseria,
moral y material.
Y, a la vez, estamos a menos de 10 días de cambiar
un gobierno que aunque empezó con buen pié y de nuestro lado, ha terminado
resultando “malo”, por otro que, previsiblemente, resultará peor aún, en lo
tocante a la defensa de los derechos de los ciudadanos.
Entre medias, en estos últimos seis meses de “hartazgo”,
a alguna gente le ha dado por salir a la calle a hablar con sus vecinos, a
expresar su descontento y a denunciar que “no nos representan” y a sugerir que “otro mundo es posible”.
Fuimos muchos, yo entre ellos, los que, pese a
nuestra identificación con “estas gentes”, pese al soplo de aire fresco que
trajo a nuestros espíritus, pensamos que el “movimiento 15-M” terminaría siendo “flor de un día”.
Al fin y al cabo era demasiado bonito creer que
podía haber gente que “pensaba”, “criticaba” y “proponía”, con educación y sin
rencor, sin dejarse enredar en provocaciones, sin consumirse en su propio fuego
y sin pedir a cambio poco más que “respeto” (real) a las reglas de juego que
son permanentemente violadas y tergiversadas a favor de los que “más tienen” y “más pueden” y abrir el debate
ciudadano para propiciar la regeneración moral del “sistema”.
Y, felizmente, nos equivocamos.
Las gentes que acudieron a las primeras
manifestaciones y a la Puerta del Sol se desparramaron por sus barrios y, de un
modo u otro, han abierto los postigos que nos impedían mirar más allá de
nuestro propio ombligo y hemos “descubierto” que en la calle se respira mejor.
Mañana el “movimiento 15-M” no tendrá papeleta en
los colegios electorales, pero habrá abierto los ojos a mucha gente
recordándole la responsabilidad que supone el ejercer (o declinar del ejercicio)
“de ciudadano”.
También, y para mí eso es, quizá, lo mejor y más
importante, ha sabido explicar que esta “apuesta” no es “a una carta”.
Y que el día 20 de noviembre por la noche, mientras
hacemos el “recuento de daños”, muchos de nosotros, en lugar de decir “no hay
remedio”, nos pondremos a seguir intentando “remediarlo”.
Porque, como decía alguno de los carteles de Sol, “vamos
despacio, porque vamos lejos”
Adjunto dos enlaces bastante prácticos para todo
aquel que quiera hacer una “comparativa” rápida y entretenida de los “programas
electorales”.
Lo mejor sería leérselos, (los programas “oficiales”)
pero eso no lo hacemos nadie.
Así que, ahí quedan.
Son regalo del “15-M”
Este http://www.elecciones.es/ es un
entretenido “test”, con las preguntas levemente sesgadas hacia la progresía,
que no por ello deja de ser bastante “ilustrativo”
Este otro, http://programas20n.org/
es bastante más aséptico y, a la vez permite un cómodo, y concienzudo, rastreo
temático por los programas de muchos de los partidos que se presentan.
Saludos.
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