23/8/11

¡Basta ya!, Señor Zapatero

Amanecen hoy los diarios con la noticia de que usted, el Secretario General de un Partido que afirma ser Socialista, Obrero y Español, pretende poner en bandeja a la derecha económica una baza que, aunque la vienen reclamando desde hace años, no esperaban obtener ni en sus mejores sueños.
O sea: que los Estados, que representan a la ciudadanía, que tienen capacidad de fabricar dinero (individualmente como EEUU, o en conjunto como la UEM), que tienen capacidad normativa para crear modificar o suprimir impuestos, que, en suma, por ser teóricamente representantes de la voluntad popular, debieran tener “la sartén por el mango”, según su propuesta a la que ya se adhieren jubilosamente el Partido Popular y “Conveniencia” y Unió, no podrán a partir de ahora incurrir en déficit presupuestario.
Y todo ello, según usted y quienes le teledirigen, para garantizar la solvencia del “sistema económico”.
Sin embargo, los bancos, las aseguradoras, los fondos de inversión y determinados particulares pueden perfectamente realizar “apuestas” (inversiones lo llaman), contraer deudas, y compromisos de pago o reembolso por importes diez, cien, o tal vez quinientas, veces superiores al capital que les respalda sin que a nadie se le descoloque el “flequillo”.

Y eso que dichas instituciones, teóricamente, no tienen capacidad de imprimir dinero ni exigir impuestos y, se supone, deben garantizar los dineros que los ciudadanos (inversores los llaman, aunque a mí, personalmente y salvo los que manejan el “cotarro” me parecen “pardillos”)  han puesto en sus manos.
Y, después de la última que montaron hace ya tres años, a nadie se le ocurre atar corto y poner un bozal a semejante monstruo y, en cambio, a petición suya, los Estados Soberanos renuncian a su soberanía y se cortan las manos que les permiten gobernar.
Y usted tan campante.
No sólo no se opone a cualquiera que tuviera el atrevimiento de proponer dicha “pendejada” sino que se convierte en su “adalid”
Como por el respeto que le tengo me niego a suponer que esté usted intentando hacerse un huequecillo para dentro de unos meses en el mundo de la empresa privada, no me queda otro remedio que suponer que está usted enajenado, o es simplemente bobo.
Me inclino más bien por lo primero; el síndrome de Estocolmo parece ser que es una fuerza irrefrenable.
Y es especialmente lamentable en alguien que empezó con tan buen pié su andadura y que llegó a admirarnos incluso a quienes no le votamos.
Lo grave es que su enajenación (o lo que quiera que sea) no la pagará usted sino el resto de la ciudadanía (incluido yo mismo) y habrá dejado atado de pies y manos al Estado Español.
Confío en que dicho dislate y tropelía no llegue a materializarse.
De momento sugiero a todos los posibles votantes de su partido, y a quienes tuvieran intención de votarles el 20 de noviembre, que le envíen, por los medios que se les ocurra, una claro mensaje al Sr. Rubalcaba advirtiéndole de la retirada se su apoyo en el caso de que el partido político cuyas siglas usted representa consume este disparate sin proponer una consulta popular al respecto.
No soy quien para dar consejos; pero así, a bote pronto, vistas las ocurrencias  con las que nos sale, tengo la sensación de que si se queda quietecito estos últimos días (tres meses pasan pronto) tendrá menos riesgo de hacerse daño (y a nosotros también).
Dicho sea con todos los respetos.     

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