Ahora
ya no caben pretextos; Hay que celebrarlo. Y por todo lo alto.
Desde
ayer por la tarde, cualquier momento es bueno para abrir “la botella grande” y paladear
el sabor de esta pequeña/gran victoria.
La
ciudadanía en general, y los que nos hemos movilizado en particular, le hemos ganado
limpiamente el pulso a la consejería de sanidad.
Eso
está fuera de toda duda.
La
declaración de ayer del presidente de la Comunidad de Madrid D. Ignacio
González fue una rendición sin paliativos con armas y bagajes.
Y
vino gentilmente aderezada con la
ofrenda de su correspondiente “cabeza de turco” (que, en este caso, más bien se
trataba de un “mal cristiano”) ofrecida en una bandeja como si fuera la del “bautista”.
Dicho
esto, y sin restarle un ápice ni a la importancia de la batalla ganada, ni al
alegrón que nos hemos llevado, quiero recordar al público en general y, también
a algunos compañeros de pelea, que tenemos por delante aún una larga travesía
antes de avistar un puerto medianamente seguro en el que poder reparar los daños
que este vendaval neoliberal (y de corrupción) ha provocado en la Sanidad
Pública.
Afortunadamente,
ésta es un trasatlántico de tan notables dimensiones que no resulta fácil de
hundir y por ello, pese a su empecinamiento, no lo han conseguido.
Pero
han abierto tal cantidad de vías de agua en su casco (concesiones de servicios,
reducción de plantillas, limitación de derechos y derivación de pruebas diagnósticas) y han
falsificado tanto las cartas de navegación (leyes) que, si no tomamos el puente
de mando, el barco terminará yéndose a pique y los corsarios de las islas Caimán
adueñándose de los restos del naufragio.
Mañana,
una vez se nos pase la euforia, tenemos que volver al “boca a boca” con nuestros
conciudadanos para informarles de todas las trampas que nos van tendiendo día a
día.
Y
seguir en la calle para denunciar, a grito pelado, todas las tropelías que diariamente
se siguen perpetrando.
Hasta un ciego puede ver que
mientras nos gobiernen estos depredadores que tienen secuestrada la
representación de la ciudadanía (madrileña y también española) no podremos aflojar
la presión en ningún momento.
La
marcha atrás de ayer, además de una sonora bofetada política que a muchos nos
alegra, es a la vez una salida bastante inteligente de los gobiernos (el
regional y el nacional) que han preferido sonrojarse “voluntariamente” ayer con
un aparente gesto de conciliación, antes de que un juzgado certificara la
inconveniencia e ilegalidad del saqueo que pensaban perpetrar.
Y,
más interesante aún, han pretendido conjurar la posibilidad de que los jueces tiren
de algún hilo que pudiera dejarles tan desnudos como al novicio de la película “El
nombre de la rosa” cuando con su maestro recorría la biblioteca del monasterio.
Afortunadamente
pienso que han recordado “tarde” y en algún momento terminaremos poniendo
nombre y apellidos a las 5 sociedades que aparecen en la parte superior del magnífico
“jeroglífico” publicado hoy por Infolibre.
Y
quizá, aunque hoy ya Capio España ya no se llama Capio España, sino IDC (Ibérica
de diágnostico y cirugía), nos llevemos algunas sorpresas.
Ha
llegado el momento de que el miedo comience a cambiar de bando y que los
buitres que merodean sobre la Sanidad Pública y los paniaguados y tiralevitas
que desde dentro les prestan cobertura administrativa y legal, empiecen a
tentarse la ropa antes de tomar determinadas decisiones.
Saludos.
SÍ, .
. . se ha podido (un poco)
No hay comentarios:
Publicar un comentario