Mejorar con el paso del tiempo (Jorge Verstrynge)

Ya desde la lejana fecha de su salida de Alianza Popular (1986), e incluso cuando todavía militaba en sus filas, D. Jorge Verstrynge Rojas, suscitaba mi curiosidad por considerar que se trataba de un gallo metido en corral ajeno (como D. Manuel Pimentel, exministro de Trabajo con el PP).

Curiosidad y cierta simpatía por saber que, a lo largo de su variado periplo vital, aunque ha recorrido una buena parte del escenario político-social, nadie (pienso yo) está en condiciones de llamarle “chaquetero” ni estómago agradecido.

Por esta razón, hoy, cuando he visto una entrevista suya realizada por Rafael Reig y Nemesio Fernández Cuesta, he aprovechado para intentar saciar mi “curiosidad”.

Y a fe que lo he conseguido. Y también lo he disfrutado.

Es (la entrevista), como todas las del “Diario Kafka”, bastante extensa.

Pero placentera y depurativa en estos tiempos de sistemática ingesta tóxica a base de preparados cocinados con extractos de “Bárcenas”, Urdangarines, Pujoles, Lasquettys y Eurovegas, rematados con los “regüeldos” del último mostrenco puesto al frente de la CEOE⁽¹⁾ D. Joan Rosell, tras el impresentable Gerardo Díaz-Ferrán en una trayectoria de desprestigio que nos hace añorar a D. Carlos Ferrer Salat (aquel hombre diminuto y bien trajeado que nos parecía altísimo).

Bueno, pues por si algún incauto comete el error de seguir mi consejo, concluyo aquí el panegírico para que pueda dedicar los siguientes 10 minutos a saber . . . “y, cómo es él”, “de dónde es” y “a qué dedica el tiempo libre”, este señor que reivindica al general  De Gaulle y a Hugo Chávez y se declara fascinado por la figura de Josef Stalin.

"Me veo muy rojo y muy enfadado. Sin nada que perder" (Diario Kafka, Entrevista a Jorge Verstrynge, eldiario.es, 7-II-2013)   

A mí, me ha satisfecho la curiosidad y me ha dado una cierta envidia,

Saludos.

(1)CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) “Tingladillo” que, en contra de lo que presupone la sabiduría popular y publicitan descaradamente la mayoría de los medios de (des)información, recibe más subvenciones y tiene más empleados que todos los Sindicatos juntos.