En lugar de lamentarnos, . . .

Lo siento:

No es mi vocación hacer de altavoz de las múltiples iniciativas que, casi a diario, se convocan para denunciar, exigir, condenar, lamentar, . . . los mil y un, abusos, atropellos, arbitrariedades, desafueros, injusticias, ilegalidades y demás tropelías con las que, también casi a diario, nos desayunamos.

Sin embargo, vista la afición que tenemos a despotricar contra lo “mal que está la sanidad” y la “mala calidad de la educación”, me permito llamar tu atención sobre la incongruencia que supone el lamentarse o criticar algo y, a la vez, no tomar ninguna iniciativa para “cambiarlo”

 

Es evidente que “el poder”, (el que legalmente nos representa) tiene por costumbre ignorar la opinión de “la calle” aduciendo todo tipo de razones, mientras los “poderes facticos”, que desde hace ya bastante tiempo, son los que “de verdad” gobiernan el mundo, se dedican por un lado a suministrárselas, y, de paso, intoxicarnos con pretendidos “estudios solventes” fabricados “a espuertas” por “los 100 economistas” y “voceados” a los cuatro vientos por toda la prensa “seria” y, por otro, a amenazar a gobiernos y países con provocar la bancarrota del sistema.

Efectivamente, para mal, el mundo funciona así.

Por eso precisamente, porque nuestros representantes no nos representan, es por lo que pienso que conviene que salgamos a la calle a representarnos nosotros mismos y, tal vez, si nos hacemos oír lo suficiente “se tentarán la ropa”.

Hace bastante  buen tiempo en estos días y suelo alegrarme de encontrar a otros como yo “haciendo bulto”, aunque discrepe con el texto del 80% de las pancartas, aunque me parezcan lamentables el 90% de los “gritos de rigor” y aunque yo haría las cosas de otra manera, “más culta”, “más elegante”, “más objetiva”, “más eficaz” (mi vanidad no tiene límites), pero, pese a ello, lo cierto es que mi rechazo al “actual estado de cosas” es del 100%.

Por eso, iré mañana 5 de mayo para decir NO y, también el día 10 para intentar impedir que me “roben el agua”

Saludos.

Vídeo copago 1: El copago, caso práctico

Vídeo copago 2: Los dueños de la sanidad

Vídeo copago 3: Falla el sistema