25/12/10

Sin (apenas) comentario

Tras la puñalada a Irlanda, a la que sin ambages ya están recomendando que reduzca el salario mínimo y otras propuestas socialmente no menos obscenas (para salvar el beneficio de los “inversores”) es muy probable que vayamos nosotros.

Al fin y al cabo Portugal es nuestro patio trasero; y mucho me temo que seamos sus mayores acreedores en caso de apuro.

Por otra parte, en mitad de esta “ola de pánico” (cuidadosamente dosificada), a ver quién tiene agallas para resistirse a las recetas de “los 100 economistas”.

Y todo ello con la complicidad de quienes creíamos que nos representan.
De eso va el artículo de Bernard Cassen.

Por otra parte, perdón por lo que voy a decir, pero empiezo a pensar que “cuanto peor, . . . mejor”.

O nos escaldan y reaccionamos o, como nos descuidemos, nos cuecen a fuego lento y cuando nos queramos dar cuenta ya estamos hervidos.
Saludos

No hay comentarios: