Lo mismo pienso yo

Ayer, después de muchos titubeos, acudí finalmente a la manifestación que, en contra de la intervención en Libia, había convocado la ONG “Paz ahora” con el apoyo de algún partido político y otras organizaciones de distinto “talante”.

Decidí asistir, tras mucho dudarlo, porque llegué a la conclusión de que, aunque suena bien eso de defender a la población civil de un dictador, loco y asesino, en el fondo ni es esa la razón fundamental, ni tampoco hay una voluntad clara de llevar las cosas hasta el final.

Eso sin meterme a considerar que los que hoy mandan los aviones contra Gadhafi son los mismos que ayer le agasajaban, le reían las gracias, y le vendían las armas, en tanto que los que ayer se manifestaban eran los que siempre le habían negado el saludo.

O que, esos mismos países, somos los que no movimos un dedo cuando Israel masacró en muchas ocasiones a los palestinos (“Plomo fundido” en 2009 sin ir más lejos)

O que, en estos mismos días y ante nuestras propias narices, con intensidades distintas, algunos “gobiernos (de momento) amigos” están haciendo lo mismo en Yemen, Barhein, Syria, Arabia Saudí, Marruecos y (aunque nadie habla de ellos), posiblemente Argelia.

O que, muy probablemente, estamos trabajando, sin saberlo, para Halliburton, Blackwater (los famosos “contratistas”) Lookeed Martin, Northrop y demás vampiros y fabricantes de muerte que quizá se están frotando las manos frente al enorme “mercado” que se abre ante sus ojos en la ribera sur del mediterráneo, que, además, nada en petróleo.

Bueno pues por esas razones decidí asistir a una manifestación, bastante más numerosa de lo que mi pesimismo auguraba y de la que salí con el convencimiento de haber hecho “lo correcto”, aunque quiero dejar constancia de mi respeto a todos los que, tras meditarlo, opinan lo contrario.

Hoy el artículo de Luis García Montero en el diario Público me regala la satisfacción de que alguien a quien respeto y de cuya lucidez me fío, piensa lo mismo que yo.

O, tal vez, soy yo quien piensa lo mismo que él.

Es un texto breve y bien escrito, como siempre

Mi "no a la guerra"