Doy por sentado que casi nadie será capaz
de leerse hasta el final este extenso artículo sobre “el hidrógeno que se nos
avecina”.
El
'boom' del hidrógeno: ¿energía sostenible o lavado verde de la industria del
gas? (Andrés Gil, elDiario.es,
7-XII-2020)
Sin embargo, ante la avalancha
desinformativa que se nos viene encima, me
parece muy conveniente saber de qué se habla.
Parece claro que, en poco tiempo,
la electricidad va a ser la principal energía que moverá el mundo (los coches, los
barcos, los aviones), calentará nuestras viviendas, cocinará nuestras paellas e
iluminará nuestras noches.
Y también, que el hidrógeno va a ser el
principal combustible
que sustituirá a los que hasta hoy venimos utilizando.
Por
otra parte, la electricidad se obtendrá
de energías renovables (viento, sol, mareas), o -como se hace hasta ahora- se
seguirá generando a base de “quemar” combustibles.
Hasta hoy esos combustibles han sido el carbón, el fuel-oil, el gas
natural y el uranio enriquecido, que producen gases de efecto invernadero,
o residuos radiactivos.
Pero mañana -debido a la
insostenibilidad medioambiental del sistema actual- el principal combustible será el hidrógeno, cuya combustión (u
oxidación) únicamente produce agua como
residuo.
Hasta ahí, todo parece un cuento de hadas.
El problema es que la industria del
petróleo quiere producir hidrógeno a partir del petróleo y el gas natural en
unos procesos que,
según gente que más o menos entiende, pueden
ser hasta 18 veces más contaminantes que la actual quema pura y dura del
petróleo y sus derivados.
Con
ello pretenden seguir controlando “el negocio” y sus infraestructuras y
concesiones territoriales.
Por eso, cuando nos hablen de “Hidrógeno”,
debemos saber distinguir si se trata de “Hidrógeno verde” (producido mediante
energía eléctrica de origen renovable) o
“Hidrógeno azul” (obtenido a partir del petróleo, o el gas natural (fundamentalmente
mediante la técnica del “fracking”)
Hasta ayer a este hidrógeno (el “azul”) contaminante se le llamaba “Hidrógeno
marrón”; Pero la industria petrolera
y sus “lobbystas” se han percatado de que “suena feo” y ahora lo bautizan como “Hidrógeno azul”
que suena mucho mejor y nos remite a un planeta limpio.
De eso va el artículo que quien quiera
puede leer.
Lamento lo prolijo de mi explicación; Pero este asunto, a mi juicio, es de una importancia capital para que no
nos la den con queso y la mitad de los fondos públicos destinados a promover el
hidrógeno acaben en los bolsillos de las petroleras y nuevamente se
conviertan en indispensables.
Saludos.
PGG