Desde bastante antes
de las pasadas elecciones, concretamente desde el momento en que hace aproximadamente
dos años D. Mariano Rajoy amenazó con modificar la Ley Electoral para que “gobierne
la lista más votada”, entendí que todos los partidos que
estaban por la pluralidad y en contra del bipartidismo estaban en la obligación
de articular una candidatura conjunta que cerrara el paso a semejante tropelía.
Y ello solo se
podría hacer en base a un “Programa de mínimos” que, aunque no satisficiera las
pretensiones de todos ellos, garantizara el echar el freno a la degradación de
la vida política, la corrupción, el saqueo del patrimonio público y la destrucción de nuestras instituciones y
organismos más importantes.
A lo que se ve, aquello era “pretender demasiado” (Que diría D. Joaquín Sabina) y lo cierto es que los partidos han acudido a las 3 elecciones que hemos tenido desde entonces (Europeas, Municipales y Generales) lo más desunidos que han podido.
Pese a ello, parece que el nivel de hartazgo y descrédito del sistema se ha manifestado en estas últimas Elecciones Generales en un resultado que impide que un partido se apropie por sus santos cojones (Y los votos de la gente) del derecho a tapar la boca a todos los demás.
En esa tesitura y pese a que finalmente la estupidez de algunos dirigentes le ha puesto al PSOE en bandeja el derecho a encabezar una propuesta de regeneración, no tengo más remedio que alegrarme de que algunas gentes de su entorno como es el colectivo de “Economistas frente a la Crisis” proponga públicamente ese “programa de mínimos” que un servidor y otra mucha gente venimos reclamando desde hace ya mucho tiempo.
Y digo en el
encabezamiento que “Me sabe a poco” porque,
aunque comparto la totalidad de las propuestas, echo en falta otras muchas que
muy bien podrían haberse incluido en el apartado de Medidas
de “corto plazo”, que deben ponerse en marcha en un plazo de seis meses: como es el caso de penalizar (suprimiendo las
ventajas fiscales) las inversiones procedentes de los paraísos fiscales y las
empresas que operan con dichos fondos (Incluidos los bancos), abordar una
verdadera “reforma laboral” consistente en eliminar subvenciones y ventajas a
la creación de empleo temporal y precario y encarecer la contratación de
trabajadores a través empresas de trabajo temporal, . . . y no sigo para no engordar demasiado
este texto. Pero habría mucho más que
decir.
Y también echo en falta una mención expresa a la
voluntad de conservar dentro del patrimonio público empresas como Bankia que “son
nuestras” porque hemos pagado su saneamiento y que, al menor descuido, van a
intentar vender para evitar cualquier tentación de poner en pie algo parecido a
una banca pública.
Comprendo que quizá para el paladar de los
Economistas Frente a la Crisis estas recetas resultan un tanto “ásperas” y de difícil
digestión; Pero, a mi juicio, serían muy saludables si de verdad se pretende
quitarle el mango de la sartén al neoliberalismo rampante que tan oportunamente
denuncian.
En todo caso, bienvenida sea la iniciativa y ojalá
haya el suficiente sentido común (y humildad) por parte de Podemos y el resto
de la izquierda para apoyar al PSOE en un intento de abordarlas.
Al fin y al cabo, ellos (los dirigentes de Podemos)
son quienes han puesto a D. Pedro Sánchez al frente de la oposición.
Saludos.
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