Aunque
mis amigos y allegados muy probablemente estarán hartos de oírme la “milonga”
de la necesidad de derogar la modificación del artículo 135 de la Constitución,
lo cierto es que, hasta ayer, ningún partido político había abierto
“oficialmente” la boca.
Parece
obvio que el Partido Popular, que se encontró con esa bicoca sin necesidad de
ni siquiera proponerlo, no tiene interés alguno en mencionar el tema.
Ese
regalo les cayó del cielo y “santa Rita, Rita, . . .”.
Tampoco
tienen interés, ni motivo alguno para proponerlo, CIU (que, de milagro, no votó
a favor) PNV, UPyD, UPN, ni Coalición Canaria.
En
cuanto al PSOE, promotor del desaguisado (traición, a mi juicio), parece que
aún no se ha roto la disciplina de partido hasta el punto de sacar a la luz
pública discrepancias sobre este particular que dejarían en muy mal lugar al
partido y a la mayoría de sus dirigentes y diputados.
Sin
embargo echaba en falta la voz de Izquierda Unida que fue quien el 2 de
septiembre de 2011 se opuso (junto con BNG, ERC y Nafarroa Bai) y dejó con el
culo al aire la maniobra de PSOE y PP para incorporar al acuerdo a los “siempre
sensatos” diputados de Conveniencia y Unió, hasta el punto de que, aunque con
el rostro desencajado, el Sr. Durán y Lleida (y su grupo) se vieron en la
necesidad de abstenerse.
Aquella
felonía tuvo su continuación cuando la mayoría parlamentaria rechazó la
propuesta de los partidos de izquierda de celebrar un referéndum para consultar
a los ciudadanos sobre el particular.
Dicho
referéndum no pudo exigirse porque era preciso que lo solicitaran, como mínimo
un 10% de los diputados (35) y los partidos de izquierda no alcanzaban esa
cifra y, por su parte, el PSOE se cuidó muy mucho de que ninguno de los suyos tuviera la
ocurrencia de apoyar la iniciativa.
Hace
un par de días Izquierda Unida ha presentado “a la mesa del congreso de los
diputados” una “Proposición de Ley” de artículo único que, tras la exposición de motivos, dice
literalmente:
1. El
Gobierno habrá de estar autorizado por ley para emitir Deuda Pública o contraer
crédito.
2. Los
créditos para satisfacer el pago de intereses y capital de la Deuda Pública del
Estado se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de los
presupuestos y no podrán ser objeto de enmienda o modificación mientras se
ajusten a las condiciones de la ley de emisión.
3. El pago de los
créditos presupuestarios para satisfacer la financiación necesaria que
garantice la cobertura universal de los servicios públicos fundamentales gozará
de prioridad absoluta frente a cualquier otro gasto.
Ya
era hora de que alguien propusiera algo que los ciudadanos, sin prácticamente
distinción de ideologías, venimos reivindicando.
Evidentemente
el recorrido parlamentario de esta “proposición” será muy corto pues bastará
con que oponga a ella el Partido Popular para hacerla inviable.
Sin
embargo tendrá la virtud de “retratar” el compromiso de cada uno de los
partidos con los ciudadanos que hoy pierden sus derechos, sus trabajos y su
futuro para garantizar el pago la devolución de los capitales que nuestros
bancos irresponsablemente pidieron y los bancos europeos aún más irresponsablemente
prestaron.
En
mi opinión, cualquier partido que no apoye esta propuesta, o no la incluya en su
programa electoral, debiera quedar descartado de nuestra preferencia de voto.
Ya
va siendo hora de ir echando de las instituciones a los ladrones y a sus
valedores y mayordomos.
Me
gustará saber las razones que darán algunos para no suscribir el punto tercero.
Porque
lo que se ventila es el pan, la educación, la sanidad, la vivienda, el puesto de
trabajo y todo lo que constituye el mínimo necesario para llevar una vida
“decente”.
Saludos.
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