En
estos tiempos en que los el neoliberalismo que pretende gobernar el mundo
(afortunadamente aún no lo gobierna del todo) quiere hacernos creer que “no
hay alternativa”, todavía se dan a diario pequeños pasos en la “buena dirección”.
Y este que cuento tiene a mi modo de ver el valor añadido de acreditar que, pese a la complicidad y la corrupción de muchos de nuestros representantes y gobernantes y las propias estructuras desde las que deciden, aún queda espacio para la esperanza y el sentido común.
Quizá
no parezca gran cosa pero el hecho de que “Bruselas” (la maldita y neoliberal
Europa) haya decidido “que
el agua quedaba excluida de la propuesta de directiva sobre concesiones” a
mí me parece un hecho digno de celebración.
Para
mí las buenas noticias son, al menos, tres:
1ª Aunque
esta decisión no desalentará a las empresas de su voluntad de convertir el agua
en una mercancía más, supone un grave obstáculo a sus pretensiones y refuerza
la línea de defensa de quienes queremos que se cumpla la resolución 64/292
de la ONU (28 de julio de 2010) ”reconociendo
como un derecho humano el acceso al agua potable y el saneamiento”.
2ª La decisión la adopta la Comisión Europea;
Institución que -hasta el presente- tanto juego le viene haciendo al mundo
financiero y gran-empresarial (y tanto daño a los ciudadanos y la economía
productiva) y cuyo poder es mucho mayor de lo que en general suponemos.
3ª Y, sobre todo, (Sí, se puede) la decisión
se ha adoptado obedeciendo a un mecanismo llamado “Iniciativa
Ciudadana Europea” mediante el que, recogiendo un millón de firmas en un
mínimo de 7 países, la Comisión Europea queda obligada a estudiar la cuestión y “explicar de manera clara, comprensible y
detallada los motivos de la acción que se proponga proseguir . . .”
Bueno: pues, si juntamos estos
tres “ingredientes” y nos sacudimos nuestra pereza cívica, pienso que podremos
abrir otro nuevo frente de lucha de cara a la defensa (y reconquista) de nuestros
derechos civiles más elementales. Esos que pretenden hacernos creer que son “insostenibles
privilegios”.
No
se trata de una condición “suficiente” pero desde luego es muy “necesaria” y,
además, puede ayudarnos a despertar el sentimiento pertenencia a algo un poco
mayor y menos cutre de lo que, a veces, son nuestra tribu, o nuestro propio país.
Saludos
SÍ, . . . SE PUEDE
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