Tampoco ahora.
Todo
llegará.
Como muy
bien dice el Sr. Fernández-Lasquetty, es muy probable que la paralización
cautelar del proceso probablemente sea tan sólo “temporal”.
Efectivamente,
como afirman quienes conocen estos vericuetos legales, el auto de suspensión se
limita simplemente a admitir que puede haberse cometido algún tipo de
infracción en el “procedimiento”, pero en absoluto cuestiona la legalidad del
saqueo que implica la privatización.
Sin
embargo, el parto de esta criatura está viniendo “de nalgas” y, a lo que parece,
con algo más que una “vuelta de cordón”.
Por
lo tanto, aunque los “doctores” no cuestionen la legitimidad de la gestación,
bien pudiera ocurrir que la criatura se malograra, o naciera con graves
malformaciones que la hicieran inviable.
El
tiempo corre en contra de los aparentemente felices “padres” del engendro (de
los abuelos no vamos a hablar para no herir susceptibilidades).
Y dentro de una semana la
operación estará más desacreditada (aún) que hoy.
Y dentro de un mes más (aún)
que dentro de una semana.
Y
pudiera ser que, a la vista del proceloso horizonte político de este país y el innegable
hartazgo de la ciudadanía, los hasta el presente poco entusiastas “adoptantes” terminen por pensar que no vale la pena
quedarse con una criatura tan problemática.
Porque,
no lo olvidemos, no se trata de filántropos sino de depredadores.
Así
que: lo dicho.
Esperar
y ver.
Saludos
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