Leo
la noticia en eldiario.es el viernes por la tarde, a las 18:00.
Y,
sin ánimo de ofender a nadie, tengo que decir que: ¡Me alegro!.
Me
alegro porque Enric González es un hombre Honesto, Lúcido, Inteligente,
Independiente, agudo observador y buen escritor. Un buen periodista, en suma.
Un
profesional que, disciplinada y estoicamente, aceptó el destierro desde la columna
diaria en la contraportada interior del periódico (mi primera lectura del día
tras el fallecimiento de Eduardo Haro Tecglen) a la “codiciada” corresponsalía de
Tel Aviv a la que el gran padrino (Don Cebrione) le condenó por decir lo que
pensaba de las turbias aventuras empresariales del grupo Prisa a costa de sus
trabajadores.
En
primer lugar, Enric: Si usted así lo ha decidido, estoy seguro de que acierta.
En
segundo lugar quiero darle las gracias por todo lo que he aprendido hasta hoy
en sus entonces diarias columnas y hoy más esporádicas colaboraciones en El
País (y algún otro medio).
Y
en tercer lugar, y esto ya es opinión personal mía, pienso que El País se les
está quedando pequeño, a usted y a muchos más de los que hicieron y hacen ese
antaño magnífico periódico, que hoy ya no lo es tanto y, aparentemente, ha
emprendido un mal camino.
Y,
finalmente, sepa que le seguiré leyendo allí donde le encuentre.
Sin
pretender mitificarle tengo que decir que el futuro de este país, de esta
sociedad, no está perdido mientras existan personas que, como usted, conocen su
oficio y lo ejercen con decencia.
Que,
por el bien de todos nosotros, los dioses le sean propicios.
Saludos.
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