Aunque
nadie nos hemos enterado, lo cierto es que el “casino” de Eurovegas lleva
abierto un par de años y en este periodo ya se han cruzado numerosas apuestas,
aunque de momento no sepamos, ni los nombres de los ganadores, ni el importe de
los premios.
Evidentemente
no se trata de mesas de ruleta francesa o americana, blackjack, dados, o
bacarrá.
En
estos momentos el juego que se practica es una partida de póquer en su
modalidad más habitual (la que todos conocemos) llamada póquer tapado.
Es
decir sin que (es un suponer) se conozcan las cartas de los distintos
contrincantes.
Lo
lamentable es que se trata de una partida en la que un grupo de tahúres se han conchabado
para desplumar a un incauto.
El
incauto es el ciudadano español que será el pagano (a costa de su bolsillo, o a
costa de sus derechos) de las ganancias que se embolsarán los tahúres.
Los
tahúres son varios y de distintos pelajes, empezando por un señor norteamericano
dueño de otros casinos y con ciertos líos judiciales a sus espaldas, que ha prometido
crear 200.000 puestos de trabajo (en Madrid) pese a que en todo su “imperio”
repartido por el planeta el número de sus empleados es de 40.000.
Otros
tahúres (con perdón) son los propietarios (y “conseguidores”) de suelo de los 3
o 4 posibles emplazamientos que a estas alturas ya han realizado sus apuestas y
mercadeado con las opciones de compra de dichos suelos.
Y
finalmente, y aunque no sea muy edificante su participación, están los
dueños de la baraja, quienes, pese a que son quienes reparten las cartas y definen
las reglas del juego y por tanto debieran abstenerse de jugar, no se recatan de
apostar por determinados jugadores.
Y
así en esos momentos, mientras estamos pendientes de que finalmente se destapen
las cartas, nos vamos enterando de que nuestra anterior Presidenta Regional
(Doña Esperanza Aguirre-Newman), aunque no sabe nada concreto, tiene la “intuición”
de que los terrenos serán los de Alcorcón.
Y,
ojo al ojo de la Expresidenta: que, por lo visto, también tuvo hace años la
intuición de que la estación del AVE de Guadalajara caería a 11 Km. de la
ciudad. Y atinó, vaya si atinó.
Simultáneamente desde otras instancias se nos
recuerda muy oportunamente que, en cualquier momento, se retomará el proyecto
del aeropuerto de Campo Real (junto a Paracuellos).
Y,
entretanto, “el señor de los casinos” se reúne con unos (en la Moncloa), cena
con otros (en la calle Escorial) y probablemente va engatusando a todos para
que le abaraten el suelo, le abaraten el pellejo de los trabajadores, le abaraten
los impuestos y le permitan fumarse un puro.
Es
más; con un poco de suerte puede conseguir que usted y yo, que nunca hemos
pisado un casino, pongamos el dinero para comprar el suelo y construir los
edificios por la vía de “la inversión” de la Comunidad de Madrid en un proyecto
de Interés regional.
Para
los maestros, la sanidad, o la dependencia no tenemos ni un Euro. Pero para el
casino, igual sí.
O
sea que, como decía al principio, Eurovegas ya está funcionado como lugar de
apuestas y se mueven importantes “premios”.
A
mí me gustaría que este asunto se quedara en esta fase.
Que
los unos se hicieran ricos a costa de los otros (buscavidas todos) y al final
todo el proceso se paralizara con los menores daños posibles.
Esa
sería la única manera de que la factura final no la pagáramos los ciudadanos, a
costa de nuestros bolsillos, a costa de
nuestros derechos, o de nuestra dignidad nacional de la que tanto se alardea últimamente.
Pero
soy consciente de que quizá eso sea mucho pedir.
Aparte
de las ganancias a costa del suelo, quedan pendientes las ganancias de los constructores
(y sus comisionistas) y las de los bancos, que en los últimos años hacen su
mayor negocio financiando negocios ruinosos ajenos y cargándole las pérdidas al
odioso e ineficiente Estado (usted y yo).
Hoy,
sin ir más lejos, y estando completamente sobrio, he creído leer que una de las
soluciones que se barajan para el aeropuerto de Castellón es . . . ¡ampliarlo!
Eurovegas
ya funciona. Se admiten apuestas.
Saludos.
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