Antes de entrar en materia quiero aclarar que D:
Fernando Savater no es santo de mi especial devoción.
Y en la mayoría de los asuntos discrepo de sus
opiniones tanto por parecerme extremadamente acomodaticias con el sistema
imperante, como por su “nacionalcentralismo” excluyente de las opiniones o
sentimientos de los ciudadanos de este país que mantienen puntos de vista distintos
del “Una Grande y Libre” que antaño orlaba la imaginería “casposo-fascista” del
franquismo y algunas versiones del “escudo nacional”.
Dicho esto, manifiesto mi total coincidencia con el
contenido de su columna del día 9 de abril en la contraportada del diario (de
derechas) “El País”
Reivindica en su breve texto la validez del trabajo desarrollado
por UPyD desde su fundación hace ya casi 9 años (26 de Septiembre de 2007).
Y un servidor, pese a la mala opinión personal que
tengo de su fundadora, Dª Rosa Díez, hoy felizmente militante de “a pie” y la
discrepancia con la mayor parte de su ideario político, tiene que reconocer que
efectivamente ese pequeño partido ha sido en todos estos años uno (quizá el único)
de los ejemplos de honestidad en el desempeño de los cargos públicos de la
derecha “liberal” española.
Y con sus escasos diputados (1 en el parlamento vasco),
eurodiputados (2) y concejales (128) ha
dado ejemplo de coherencia política e independencia de los poderes fácticos.
Saco este texto a colación tanto porque me parece de
justicia el reconocer los hechos, como por la oportunidad que se abre para recuperar
esas siglas si, quienes desde las posiciones liberales y “nacional-centralistas”
(que en absoluto comparto) deciden de una vez distanciarse los protagonistas del fraudulento marrulleo
de “los pactos”.
Tóxico e insípido gatuperio político cocinado por
los tres partidos de derechas, PP, PSOE y Ciudadanos (El PSOE también,
lamentablemente, se comporta como tal) y “la dirigencia” de un partido recién nacido
(Podemos) que no ha sido capaz de digerir su provisional éxito y lleva camino
de esterilizar, a base de fanfarronadas, espantadas, provocaciones e insultos,
la confianza que más de cinco millones de
ciudadanos pusieron en sus siglas.
Me alegraría que algunos de los votantes del PP y
Ciudadanos y algunos del PSOE que sin saberlo (o sabiéndolo) son liberales, decidieran
cambiar de caballo el próximo 26 de junio y apostar por un partido que, pese a
los delirios de grandeza de su expresidenta, se ha comportado decentemente cuando ha tenido ocasión de
hacerlo.
Las simpatías de un servidor van por otros derroteros; Pero me gustaría que la gente de la calle y “los biempensantes” tomen conciencia
de que UPyD, pese a su “ex-jefa” y los últimos palos de ciego que ha venido
dando, aún existe.
Saludos.
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