Recurro nuevamente (por trigésimo sexta vez) al antetítulo
de las “máquinas de niebla” para invitar a leer un artículo/análisis de uno de
mis más respetados referentes, el Profesor Vicenç Navarro.
Tuve ocasión de asistir el pasado día 3 de febrero a
una conferencia/mesa redonda/coloquio organizada por Economistas Frente a la
Crisis bajo el título “EFC
ante la formación de un nuevo gobierno” cuya declaración de principios (la
de EFC), aunque bastante timorata, era sensata y perfectamente viable.
Y, tras la intervención del representante suplente (porque
la previamente anunciada se había “descolgado”) del PSOE, tuve la sensación de
que acababa de mandar un mensaje de “calma” a la Troika, consistente en
decirles que “tranquilos, que ellos (el PSOE) son progresistas, pero que iban a
cumplir al pie de la letra las instrucciones recibidas (de Bruselas). Incluidos
las recortes necesarios para reducir el déficit”.
Me quedó, por ese lado, un “mal sabor de boca” que
he venido rumiando con la esperanza de que finalmente D. Pedro Sánchez no
confirmase ese pronóstico.
Hoy, veinte días después, tras conocer la esencia del
pacto con Ciudadanos, he llegado a la conclusión de que D. Pedro Sánchez (salvo
que esconda, por razones “tácticas”, un inmenso conejo en la chistera), va
cumplir obedientemente el mismo papel de garante del mantenimiento del “stato
quo” que ha venido desempeñando su partido hasta el presente.
Y las razones son exactamente las que expone el profesor
Navarro en este artículo (breve, para lo
que acostumbra) cuya lectura me permito recomendar para orientarse en medio de
este zurriburri informativo que nos ofrecen los medios (des)informativos).
Me tomo tan en serio su opinión (que coincide con la
mía propia) que, tras haber apostado porque la izquierda apoyase (con su
abstención) la investidura de D. Pedro Sánchez para que gobierne en solitario,
empiezo a pensar que lo más razonable quizá sea “devolverle a los corrales” y
provocar la convocatoria de unas nuevas elecciones
Eso en el supuesto de que no sean el propio Partido
Popular y D.L. quienes, ya “a calzón quitado” y por orden de los dueños del
burdel, le ayuden a salir “ungido” Presidente para a continuación regalarnos
durante 4 años decisiones similares a la de la modificación de del artículo 135
de la constitución, o la más reciente, de ponerse de acuerdo con Dª Celia
Villalobos para mandar a un grupo político de 69 diputados a la última fila del
hemiciclo.
Por este motivo -y aún a la espera de los “acontecimientos”
de los próximos días- me sitúo en territorio ambiguo entre la conveniencia de “apoyarle”,
o la higiénica y prudente decisión de “rechazarle”.
Porque, aunque he llegado a albergar alguna
esperanza de cambio de conducta de “su persona”, tengo muy claro que las manos
que mecen la cuna de ese partido son las mismas de siempre.
Y, si se les deja, “harán lo de siempre”
Me alegro de no ser (ni haber sido nunca) simpatizante ni votante de ese partido.
Saludos.
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