Aunque,
comparadas con las de otros saqueos, las cifras de los gastos de viaje de los
diputados pueden considerarse mera “calderilla”, invito a leer este artículo de
Javier Gallego.
Lo
hago porque creo que, incluso quienes nos creemos mínimamente “informados”, no
nos hemos percatado del nivel de desvergüenza con el que PSOE y PP, no sólo han
echado tierra sobre el asunto de los viajes del Sr. Monago, sino que han
enterrado legalmente las posibles pruebas de despilfarros similares de una
buena parte de sus diputados.
Y
no sólo eso; Sino que parece que, una vez “neutralizadas” dichas pruebas, han
aprovechado para santificar el pago con dinero público de los gastos discrecionales
de los partidos políticos en sus idas y venidas para publicidad, autobombo y
asistencia a sus reuniones.
Quizá,
si uno pregunta a algún conocido con responsabilidad en algún partido político,
le saldrá con la explicación de que, como la financiación “legal” de los
partidos políticos es una cuestión no resuelta, esta decisión les ayuda a “no
delinquir” (tanto).
A
mí, personalmente, me parece que si esa es la intención, lo primero que tienen
que hacer es decirlo claramente. Porque los ciudadanos no somos menores de edad
y tenemos capacidad para juzgar si nos parece bien o mal.
Y,
en segundo lugar, aunque pudiera ser aceptable dicha excusa, lo mínimo es que,
ya que somos los paganos forzosos del “convite”, conozcamos tanto el “menú” (los
viajes) como el nombre de los "convidados" (los viajeros).
Lo
que se ha aprobado y en los términos en que se ha aprobado, es la creación de
una especie de “fondos reservados” de uso discrecional, cuya auditoría y
control se encomienda a quien (bien o mal) los utiliza.
Javier
Gallego lo describe y explica mucho mejor que yo.
Merece la pena leerlo, aunque sólo sea para que
no se nos olvide a la hora de votar dentro de 6 meses (o menos).
Saludos.
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