Hace
cosa de un par de semanas recibí por correo (electrónico) la invitación a
devolver los sobres de propaganda electoral del Partido Popular y del Partido
Socialista Obrero Español.
Según
me comentaban, si uno devuelve un envío de correo ordinario (simplemente
haciendo constar el motivo de la devolución y depositándolo en un buzón) Correos
no le cobra nada a él; Pero sí al remitente, a quien le pasa el importe del
franqueo de la “devolución”.
Como
desconfío de las “ocurrencias” (como aquella mayo de 2011 de sacar todos
simultáneamente 155 Euros de los cajeros, sin pensar que dicha cifra puede ser
inalcanzable para algunas economías y –sobre todo- que ningún cajero facilita
exactamente 155 Euros) me he tomado la molestia de acercarme a una oficina de
correos para comprobar que esto es “cierto”.
Una
vez hecha la averiguación y comprobado que resulta razonablemente veraz, he
decidido ponerla en práctica (si tengo ocasión) con los dos grandes partidos
(PP y PSOE) y con aquellos que me remitan la propaganda sin identificarse (sin
logotipo).
Y
lo haré (si tengo ocasión, insisto) por las siguientes razones:
1ª Se
encontrarán en su sede con mi carta sin abrir y, espero que con otras muchas de
ciudadanos que hayan tenido la misma “ocurrencia” y eso equivaldrá (moralmente)
a haberles enviado “por correo certificado” una carta de desaprobación de su
proceder político además del mensaje de que ni siquiera me interesa “saber lo
que dicen”.
2ª Además
de mi censura, les igualo con el resto de las formaciones políticas que no
tienen derecho a que les subvencionen los envíos de propaganda electoral; Ya
que, por lo vistoy con independencia de que teóricamente a todos se les financia
(con 32.508,74 Euros por escaño y 1,08 Euros por voto obtenido), la subvención
para el envío de propaganda electoral varía entre los 0,16 y los 0,02 Euros
(por elector) dependiendo del número de diputados obtenidos. “cuantías
de la financiación electoral a los partidos políticos” (Ministerio
del Interior)
3ª Porque, para mayor
discriminación, dicha subvención no se les da a los partidos que no hayan
obtenido (como mínimo) 1 diputado; Es decir, a casi todos los partidos pequeños
(de “Podemos” para abajo) que, en estas europeas, no alcancen los
(aproximadamente) 300.000 votos que es la cifra que estimo va a costar cada
escaño.
4º Porque
confío en que, si les devuelven muchas cartas por ese procedimiento, finalmente
se sepa y alguien tome nota de este verdadero voto de censura ciudadano.
5º Y
también rechazaré la de aquellos partidos que me la remitan sin identificarse,
ya que me molesta que alguien (quien sea) pretenda dirigirse a mi ocultando su
identidad.
El procedimiento es el siguiente:
A No abrir el sobre con la propaganda
electoral del partido al que se desea “censurar”. Aunque sospecho que,
previsoramente y conscientes del escaso aprecio de la gente, nos la enviarán de
modo “anónimo” (sin logotipo) Pero con un poco de ingenio y agudeza visual
suele poderse averiguar quién nos la envía sin necesidad de abrir el sobre.
B Rotular
a mano la leyenda “DEVOLVER” o “DEVOLVER
AL REMITENTE” en el caso de que haya tenido la gentileza de identificarse.
C Rotular
a mano en el dorso del sobre el texto “RECHAZADO POR EL DESTINATARIO”
D Firmar
y poner la fecha (la
funcionaria de correos me disuadió –con buen criterio- de poner mi
número de D.N.I.)
E Depositar
en un buzón de correos. Lo ideal y reglamentario sería acudir a una
oficina de correos y realizar el rechazo en presencia de un funcionario quien
acreditaría nuestra identidad. Pero, por lo visto, el sistema que cuento
también se acepta.
Un
servidor, como buen diletante que es, dedicará media hora a acudir a una oficina
de correos a escenificar su rechazo presencialmente.
Tiene
la ventaja de que se entera más gente y, además, es un pretexto para dar un
paseo y charlar con el funcionario; Si le agrada el gesto: estupendo (y si le
desagrada: también)
Al
fin y al cabo no se trata más que de ejercer un derecho.
Saludos.
7 comentarios:
Muy interesante. No se me había ocurrido. ;)
Entiendo que si el sobre viene identificado con el logotipo del partido correspondiente, Correos hará la devolución a la sede de esos partidos (¿a Génova/Ferraz o a alguna sede local?). Pero lo que no se me ocurre es qué harán con los sobres que vienen sin identificar, ¿a quién se lo devuelven? En cualquier caso, parece una buena idea. Saludos.
Por lo que llevo visto hasta ahora (desde 1977), aunque algunos partidos -el comunista en su momento por ejemplo- optaron por no identificar sus envíos (fundamentalmente porque, como no enviaban a todo el censo, no querían estigmatizar como progres o rojos a los destinatarios), siempre -incluso cuando insertan el logotipo del partido remitente- llevan en su parte superior en letras bastante gordas el texto “ENVIOS POSTALES DE PROPAGANDA ELECTORAL” y a la derecha en dos líneas “FRANQUEO PAGADO”
Por eso, doy por sentado que en el caso de que no lleven logotipo, el sobre se lo devolverán, supongo, a la Junta Electoral Central.
Otra cosa es que conociendo el paño (y los apaños) bien pudiera ocurrir que, aunque se encontraran con millones de sobres rechazados, se las ingenien para intentar que no se sepa.
Aunque espero que, como habrá algún trabajador decente en esos menesteres, se ocupe de cuantificarlo, documentarlo y contarlo (salvando su identidad)
Saludos.
Nos sumamos a la moción de censura. Haremos apología de ella.
Una sugerencia: Habilitar un miniformulario donde se anoten los que devuelvan la propaganda de la propaganda electoral.
saludo
Carezco de conocimientos como para fabricar dicho "miniformulario".
Y por otra parte supongo que, salvo que lo diseñara un profesional, podría ser facilmente manipulable.
Además, quedan apenas 15 días para las elecciones.
Por eso pienso que debemos conformarnos con devolver individualmente las cartas (quienes queramos y a los partidos que no queramos) y, si estamos de acuerdo con la propuesta, en la medida de nuestras posibilidades hacer circular la idea a nuestra gente más cercana.
Saludos.
Antes de leer este post realicé la misma consulta en Correos y me confesaron que no las devuelven que sólo las rompen.
Pues, incluso en ese caso, si tuvieran que romper muchos miles, es probable que algún funcionario tomara nota y lo contara.
De todos modos, en lo que a mí concierne, no pienso apearme de ejercer mi derecho, simplemente porque alguien (haciendo trampa) anulará mi esfuerzo.
Como poco tendrá que dedicar un par de minutos en la oficina para identificarme; Y en el caso de quien meta la carta directamente el buzón, alguien tendrá que "portearla" hasa la estafeta.
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