Quizá
pequé de ingenuo hace un mes cuando afirmé que “El tiempo del suspense (dentro
de los partidos) se está acabando”.
Y
ello por dos razones bien distintas:
La
primera (y más grave): Porque, muy posiblemente, a una gran parte de la
ciudadanía le traen al fresco las elecciones europeas, las candidaturas de los
partidos y las puñaladas o teatrillos que se cuecen alrededor de este asunto.
La
segunda: Porque he menospreciado el deterioro democrático que se ha venido
produciendo desde los tiempos de aquel tan criticado (y hoy rehabilitado por la
historia) “Tahúr del Mississippi” (fallecido ayer).
Es
tal el batiburrillo político en el que los partidos nos han metido (por nuestra
pasividad) que a nadie sorprende el que, casi todos ellos, estén más preocupados
por el envoltorio que por el contenido.
Unos,
como es el caso de los nuevos partidos y formaciones, andan haciendo juegos
malabares para convencernos de las bondades que elegir los “candidatos a candidatos” mediante sufragio universal.
Y
a estas alturas, sin haber decidido aún quienes, ni en qué orden se presentan,
están dedicando mucho más tiempo a organizar primarias, (y secundarias) en
internet, que a explicarnos sus propuestas que, en muchos casos también están en
fase de elaboración (mediante lo que podríamos llamar "redacción colectiva") también, supuestamente, por “sufragio universal”.
Otros:
Los medianos y medio desubicados, que (sin menoscabo de sus convicciones y sus propuestas)
pueden arrimarse a distintas coaliciones, andan todavía manoseando los naipes
sin saber a estas alturas, ni descartarse, ni a qué apostar.
Porque lo mismo
pueden terminar metidos en una coalición nacionalista, que ponerse un traje
“verde”, o integrarse en la coalición que se ha montado alrededor de IU.
Aunque
en ningún caso estos partidos, generalmente nacionalistas (BNG, Chunta
Aragonesa, . . .)
se arrimarán a “Podemos”, ni tampoco, presumiblemente, irán por libre, dado
que, individualmente, no tienen masa crítica (300.000 votos o, quizá, alguno
más) para aspirar a un escaño.
Los
de IU, aunque con las pataletas habituales en esa formación, llevan algo más
adelantados “los deberes”.
Lo
cual tiene cierto mérito, teniendo en cuenta que la confección de sus listas con
candidatos procedentes de distintas formaciones (externas) y de distintas
familias (internas) sin que se maten entre ellos, debe ser algo parecido a lo
que comunmente denominamos hacer encaje de bolillos.
Únicamente
UPyD ha cerrado su lista y ya ha designado públicamente a los 54 candidatos y 3
suplentes, de los cuales tan sólo 9 son “reincidentes” (se presentaron en 2009)
y, de ellos, 5 pertenecen a la agrupación territorial de Madrid.
Y quedan finalmente los dos “grandes”: PSOE y PP.
El
primero, efectivamente movió ficha y ya tiene, oficialmente desde hace más de
un mes, “cabeza de lista”.
Pero
anda todavía sin terminar de enseñar las cartas, entre otras cosas porque
también debe estar barajándolas; Y la inclusión prematura de determinados
nombres (que inevitablemente “van a ir”)
puede levantar muchas ampollas entre la propia parroquia o, incluso, darle
munición al enemigo.
En
cuanto al PP, la cuestión es la misma, pero aún más grave:
Por
un lado, cualquier figura que resulte “no demasiado impresentable” (Sr. Arias
Cañete, o Sra. Pastor) le hace un “roto” en el actual gobierno; Y, para colmo,
ninguno de ellos parece estar demasiado ilusionado con ese “ascenso”.
Por
otro, D. Mariano Rajoy sabe que, en medio de la aparente balsa de aceite que
pretende ser ese partido, mucha gente está afilando la navaja cabritera (de 7
muelles) para cuando se desate la trifulca.
Y,
por ello, tiene que tener mucho cuidado con, a quien ofende, y a quienes no
puede perder de vista, ni consentir que tengan las manos bajo la mesa, o se
sitúen a su espalda.
Y
en los dos casos (PSOE y PP): Cuanto menos se hable de momento del “Programa”
mucho mejor.
Porque
resulta que la ciudadanía, esa que ayer inundó (pacíficamente, pese a lo que
quieran contarnos) el centro de la ciudad y un número incomparablemente mayor
que no pudo -o no quiso- acudir, ha llegado hace ya mucho tiempo a la
conclusión de que no le gusta lo que Europa nos manda.
Y
estamos hasta la coronilla de ajustes, competitividad, rescates bancarios,
reducción del déficit, privatizaciones, recorte de salarios, rebajas de
impuestos (a los que menos pagan y más tienen) y recomendaciones de la Comisión
Europea, el BCE, la Troika, el FMI y sus pasteleras madres.
Y
resulta que son fundamentalmente los dos grandes partidos (uno más que otro)
junto con CIU (Conveniencia y Unió) quienes, cautivos de sus compromisos (no
declarados), nos querrán hacer comulgar con semejantes ruedas de molino.
Y,
además, aunque nada tengan que ver con Europa, nos producen acidez de estómago
los episodios de Gürtel, Bárcenas, los ERE’s de Andalucía, las innumerables
trapacerías valencianas, la ley del aborto, las comisiones del Palau y del hijo
de Jordi Pujol, los despidos de Coca Cola y el zurriburri de la “cuestión
catalana”.
En
cuanto al desinterés de la ciudadanía, lo he considerado mucho más grave porque
ese desinterés es precisamente el que les va a permitir a los dos grandes
partidos mantener razonablemente “el tipo” y seguir repartiéndose los triunfos
de la “baraja política”
Porque
aunque inevitablemente se llevarán (esperemos) un buen pescozón electoral, no
será lo suficientemente fuerte como para partirles el espinazo a los “aparatos” de sus partidos y obligarles
a limpiar y desparasitar sus respectivos “establos”.
En
todo caso, dentro de 31 días tendremos que saber algo más de “todo esto”.
De
momento nos irán entreteniendo con los panegíricos de D. Adolfo Suárez, los destrozos
de los encapuchados de la plaza de Colón y los datos del INE amañados para
hacernos creer que ya hemos entrado en los 10 años de “vacas gordas”.
Y
lo malo es que muchos nos distraeremos mirando al dedo, en lugar de a la luna.
Saludos.
Recopilatorio
Elecciones Europeas:
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